Jimin sintió un escalofrío recorrer su espalda, y se aferró más al cuerpo de Yoongi, como si su sola presencia pudiera evitar que el mayor regresara a ese estado.
—¿Y cómo fue que saliste de ahí? —preguntó en un susurro, casi temiendo la respuesta.
Yoongi bajó la vista, observando el cabello de Jimin que descansaba sobre su pecho. Sus dedos seguían trazando pequeños círculos en la mejilla del rubio, un gesto que, a pesar de todo, le daba una sensación de paz.
—No lo sé exactamente, solo… te vi y fue como si me hubieras llamado, aunque no lo hubieras hecho a propósito. —expresó. —Y cuando te vi, de alguna manera, supe que no quería volver a ese vacío.
Jimin levantó la cabeza, sus ojos encontrándose con los de Yoongi. Había algo más detrás de esa confesión, algo que Yoongi parecía estar guardando, pero que aún no estaba listo para decir en voz alta.
—Así que soy yo quien te mantiene aquí. —murmuró Jimin, un tono de sorpresa y tristeza mezclado en su voz.
Yoongi asintió levemente, sin apartar la mirada de él.
—Pero no lo veo como una carga. —La voz de Yoongi fue suave, pero firme. —Si eso significa que puedo estar contigo, entonces vale la pena, tú me diste una razón para quedarme, Jimin.
El corazón del rubio dio un vuelco, sintiendo una mezcla de emociones que no sabía cómo procesar. Se quedó en silencio por un largo rato, apoyando nuevamente su cabeza en el pecho de Yoongi, intentando asimilar lo que acababa de escuchar.
—Entonces, quédate conmigo. —pidió finalmente, con la voz apenas audible, pero cargada de sentimiento. —No me dejes solo.
—No pienso ir a ninguna parte. —Yoongi bajó la cabeza para dejar un beso suave en la coronilla de Jimin.
Jimin cerró los ojos con fuerza, aferrándose más a Yoongi como si temiera que en cualquier momento pudiera desaparecer. Sentía el peso de sus palabras hundiéndose en su pecho, pero al mismo tiempo, una nueva sensación de alivio lo recorría. No estaba solo, y saber que era su existencia la que mantenía a Yoongi ahí le daba un extraño consuelo.
—¿Tienes miedo? —preguntó Yoongi de repente, con una voz que parecía hecha de susurros y viento.
Jimin tardó un momento en responder. ¿Miedo? ¿De qué? De perderlo, de que esa paz que ahora sentía se desvaneciera de golpe, como un mal sueño. Pero también había otra cosa. El hecho de que Yoongi estuviera ahí con él, atrapado entre dos mundos, por su culpa, lo hacía sentirse inquieto.
—A veces. —admitió, en voz baja. —Me asusta que un día ya no estés… O peor, que te quedes aquí, atrapado, sin poder seguir adelante por mi culpa.
Yoongi soltó un leve suspiro, su pecho subiendo y bajando bajo la cabeza de Jimin. Con delicadeza, deslizó sus dedos por el cabello rubio, como si ese simple gesto pudiera aliviar las preocupaciones de su compañero.
—No tienes que cargar con eso. —murmuró Yoongi, con una calma que solo él podía transmitir. —No estoy atrapado, yo elijo estar aquí, contigo y si algún día llega el momento en que tenga que irme, lo sabremos, pero hasta entonces, prefiero estar aquí, de esta forma, a volver a ese vacío.
Jimin permaneció en silencio por un largo rato, digiriendo las palabras del mayor. Sabía que Yoongi siempre hablaba con una franqueza cruda, sin adornos ni falsedades, pero escuchar ese tipo de compromiso, de entrega, era algo que no esperaba.
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Ghost: Zero O'clock [Y.M] [PRÓXIMAMENTE]
FanfictionPark Jimin luego de un accidente tanto su cuerpo y alma quedaron a la mitad del mundo de los vivos y del mundo de los muertos, por lo cual eso le permite ver y tocar fantasmas. Debido a eso Jimin práctica unos viejos rituales de protección, ya que d...