Capítulo 50.

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Diamantes Oscuros.

Capítulo 50.

Después de una mañana llena de gritos de Nolan, Becca y Shelby, he podido encontrar un minuto de tranquilidad en la comodidad de mi ducha. Tomo la botella de shampoo y aplico sobre mi cabeza, haciendo espuma y absorbiendo el perfume del mismo.

Puedo escuchar las voces de los chicos en el comedor y yo los ignoro por completo; he tenido una noche de mierda haciendo tarea y simplemente estoy pensando en lo genial que será terminar la universidad y dedicarme a hacer lo mío. O algo así.

Tomo mi bata una vez que he terminado y la puerta de mi habitación se abre.

-¡Sal ahora mismo!

-Llevas la maldita tarde encerrada, Luna- Shelby regaña, cruzándose de brazos.

-Voy a estar hasta la noche si no te sales, quiero mi tiempo a solas con mi nuevo anciano cuerpo.

-Cumpliste veintiún años, no setenta.

-Vale, vete ya.

-Te advierto que vamos a estar comiéndonos tu pastel- entrecierro los ojos y cierra la puerta.

Toma todo de mí no quedarme dormida sobre mis montones de tela y pegamento. Así que simplemente me levanto y me coloco una playera deportiva y una gorra, dejando mi cabello suelto, pongo rímel y un poco de brillo labial.

-¿No soy una loca por el estilo?- me rio y ellos me miran.

-Debes estar bromeando, Luna- Becca está toda guapa con su cabello en una coleta alta y una chaqueta amarilla.

-Sólo cumplo años, no es la gran cosa- suspiro.

-Ve a cambiarte, que saldremos esta noche con los chicos- levanta sus manos con entusiasmo-. Llevo meses esperando a una salida con todos juntos.

-Yo planeaba dormir un poco, ¿sabes?

-¿Dormir?

-¿Hablas de no salir, Luna?- Nolan suelta sus cartas y me mira.

-Sí, estoy algo cansada como para hacer todo lo que una chica de veintiún años debe hacer. No tengo muchas ganas de ir y beberme medio New York.

-Suficiente- se levanta y lanza las cartas sobre la mesa, haciendo que las chicas lo miren con fastidio.

-¿Qué mierda, Nolan?- musita Becca, juntando las cartas.

- Si ya no vas a tomar, mejor cásate, embarázate. Pero no vas a encontrarme para ir a comprar pañales. No señor.

-¿Estás usando drogas?

-Debería, ustedes dos- señala a Shelby y luego a mí-, Dios, no tengo palabras para describir lo molestas que son con sus relaciones perfectas. Solíamos salir y ser muy ebrios.

-Yo no.

-No, ya sé, Shelby, tú siempre serás una rata de biblioteca, pero conducías, ¿sí? Tengo derecho a odiarte por no hacerlo más.

-Estás celoso porque nosotras somos felices y no tenemos que ocultárselo a Becca.

-¡Shelby!- grito.

-¿Qué?- me mira.

-Pues que no debes hacer comentarios así de literales.

-Vale, que ya me cansó su cobardía.

-¡Eso no es verdad!- Becca se levanta y Nolan se ríe, cruzándose de brazos.

-¿Por qué?

-Porque estamos saliendo.

Diamantes oscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora