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El salón de prácticas estaba lleno del eco de los pasos y la respiración pesada de las chicas, quienes llevaban ya más de dos horas ensayando sin descanso para el próximo tour.
Habían estado preparando las coreografías durante meses, y en cuestión de días, estarían presentándose frente a miles de fans.
El agotamiento era palpable en el ambiente, con todas ellas empapadas en sudor, el cabello revuelto y los cuerpos cansados.
Jimin, sin embargo, parecía ser la única con una energía inagotable. Con un entusiasmo envidiable, grababa el vlog para el canal de Aespa, manteniendo una sonrisa brillante mientras relataba los preparativos y hacía comentarios divertidos para la cámara.
Minjeong, tumbada boca arriba sobre el suelo de madera, apenas podía regular su respiración. Sus músculos dolían, y sentía cómo su pecho subía y bajaba rápidamente con cada intento de tomar aire.
Giró la cabeza, observando a sus compañeras igual de exhaustas. Pero luego, su mirada se detuvo en Jimin, que seguía charlando animadamente con la cámara como si no estuviera tan fatigada como las demás.
Con esfuerzo, Minjeong se puso de pie, sus piernas temblando ligeramente. Sin apartar la vista de Jimin, se acercó despacio. La mayor no la vio hasta que Minjeong estuvo justo a su lado.
"Oh, Minjeong-ah ha vuelto de su viaje astral", bromeó Jimin enfocándola con la cámara.
Minjeong soltó una pequeña risa y, en un gesto automático, pasó su brazo por los hombros de la mayor, asintiendo distraídamente.
Sin embargo, no prestaba atención a lo que Jimin estaba diciendo. En lugar de eso, sus ojos estaban fijos en el rostro de la otra, estudiando cada detalle.
Jimin llevaba un pantalón deportivo gris oscuro y una camiseta de rayas de manga larga. Su cabello recogido en un moño desordenado, con mechones sueltos que caían graciosamente sobre su frente. Sus mejillas estaban enrojecidas por el esfuerzo, y su rostro brillaba de sudor, pero para Minjeong, seguía viéndose hermosa, casi divina.
El corazón de Minjeong se aceleró, más por la visión que tenía frente a ella que por el cansancio. Su mirada bajó a los labios de Jimin, rojos y húmedos por el calor del ejercicio, que seguían moviéndose al ritmo de palabras que Minjeong no lograba entender.
"A que sí, Winter-ssi?" dijo Jimin de repente, enfocándola de nuevo en la cámara.
Minjeong parpadeó, sacudida de su ensoñación, frunciendo el ceño levemente. "¿Perdón, qué dijiste?" preguntó en voz baja, visiblemente desconcertada.
"Que hemos hecho algunos arreglos y cambios en las coreografías para este tour", respondió Jimin con una sonrisa que parecía brillar incluso en el cansancio.
Esa sonrisa. Tan dulce, tan perfecta. Las piernas de Minjeong casi se doblaron en ese momento, pero logró mantenerse firme, aunque su mente estaba lejos de cualquier conversación.
