Naruto - Demonio Uzumaki

Capítulo 6: Zorras y Tengu

Japón; Perímetro de Kioto

Mientras Naruto y sus compañeros caminan por la carretera, divisan la estación del perímetro más adelante. Su capitán sonríe y dice: "Ya casi hemos llegado. Vuelvo a ver a mi imoto".

"¿Imoto?" pregunta Irinia, que parece confusa. "Su hermana es la superviviente de la masacre de Nekosho que rescató y crió desde pequeña". Dice Yuma desde el centro del grupo. Esto despierta el interés de Shirone. "¿Qué edad tiene ahora?"

"Ella era sólo un bebé en ese momento..." Naruto comienza a rememorar aquellos tiempos, con una sonrisa de cariño en su rostro. Dice: "Fue duro al principio, criar a un bebé en las afueras del inframundo". Se vuelve hacia su grupo con una sonrisa, diciendo: "Lo superamos, y ella es como de la familia para mí". Le da un apretón a Mio y le da una palmada tranquilizadora en el hombro para evitar que se ponga a soltar una diatriba de celos, algo que él sabía que estaba planeando. Finalmente, se volvió hacia ella y le dijo: "Por supuesto, mi hime llegó a mi vida". Mio se sonrojó y se dio la vuelta para ocultárselo. Ignoraron el indignado "¿Y yo qué?" de Yuma desde cerca del fondo.

"Ustedes dos necesitan conseguir una habitación". Irina parece molesta, cruzada de brazos, mientras Shirone asiente con la cabeza. "Bueno, yo considero a mi equipo mi familia..." anuncia Naruto cuando por fin llegan a la entrada. Se detiene y se vuelve hacia ellas, sonriendo. "Irina y Shirone, vosotras dos aún sois nuevas, pero os sigo viendo como amigas y espero tener futuras relaciones de trabajo. Con el tiempo, puede que acabe recurriendo a vosotras de la misma manera". Las dos chicas en cuestión asienten aceptando sus palabras antes de seguirle al interior del edificio.

Cuando abrió la puerta de la recepción, vio a un Tengu muy familiar junto al mostrador. "¡Hola, T'enl!", dijo. "¿Todavía trabajas aquí?". El tengu sonrió, o al menos parecía una sonrisa. "Sí, Naruto-san", dijo, acercándose al adolescente que encabezaba el grupo. "¿O debería llamarte Lord Leviatán?". Se ganó un movimiento de cejas, que hizo que los youkai cercanos que conocían la personalidad del chico soltaran una leve risita. "Puede que use formalidades como parte de las normas sociales establecidas, pero ya sabes que odio esos títulos estirados".

"Ya lo creo. No he podido evitarlo". T'enl rió entre dientes antes de volver su atención al grupo. Esta vez había muchas caras nuevas junto al joven señor. "¿Qué te trae por aquí? ¿Visitando a tu hermana?" Naruto se enderezó, sintiendo que las bromas habían terminado. "Mentiría si dijera que eso no estaba en mi agenda. ¿Taree sigue al mando aquí?"

"Lo está, y seguro que te espera en su despacho. Tu grupo, sin embargo..." se interrumpió, y Naruto asintió. "Yuma está conmigo, y el resto podéis esperar aquí".

"Pero..." Empezó Mio, pero Naruto se limitó a darle un rápido beso en los labios y una sonrisa. "Esto no llevará mucho tiempo. Te lo prometo."

"Famosas últimas palabras". Yuma, desde un costado, ganándose el ceño fruncido de la demoníaca.
"Bien."
Resoplando antes de retirarse a uno de los mullidos sofás alrededor de una mesa de té con los demás.
"En realidad, creo que será mejor que Shirone-chan se una a nosotros también. Esto puede involucrarla a ella también". Afirma Yuma mientras un Naruto de mirada severa frunce el ceño, pero finalmente asiente.
"Bien. Aunque eso corre por tu cuenta."
Naruto siguió a su amigo al vuelo.

El grupo de cuatro llegó a la oficina y antes de que pudieran tocar, escucharon "Está abierto". La puerta fue abierta de un tirón por su acompañante, permitiendo la entrada del trío antes de que la kitsune, que apoyaba la barbilla sobre sus dedos entrelazados, sonriera al demonio que regresaba, cuya reputación le precedía. Sus dos colas se balancearon contra el respaldo trasero antes de posarse finalmente fuera de la vista. "Ha pasado tiempo desde su última visita, Lord Leviatán".