Redescubriendo el Amor

Primera Impresión

Capítulo 1: La Entrevista

La oficina era sencilla pero elegante. Una mesa de cristal separaba a Jasmine, una mujer de unos 35 años, profesional y segura de sí misma, de Agatha, una mujer de 34 años con una belleza serena y una mirada que reflejaba cierta fatiga. Jasmine revisaba unos papeles mientras Agatha permanecía sentada en silencio, esperando que comenzara la entrevista.

—Muy bien, comencemos con tu entrevista —dijo Jasmine, mirando los papeles en sus manos—. Me llamo Jasmine y seré quien te entreviste hoy. Tu nombre es...

—Agatha. Agatha Pritchet —respondió la mujer, con calma, aunque un poco nerviosa.

Jasmine levantó la vista al escuchar el nombre de Agatha. Al verla por primera vez, algo dentro de ella se detuvo. Había algo en la presencia de Agatha que la desarmaba. Con una sonrisa leve, Jasmine respondió:

—El gusto es mío, Agatha.

Agatha se movió un poco en su silla, cruzando las piernas, algo incómoda sin darse cuenta de la mirada atenta de Jasmine.

—Bueno, Agatha —dijo Jasmine, retomando su compostura—, veo que tienes bastante experiencia en este campo... pero cuéntame, ¿qué te motivó a postularte para esta posición?

Agatha sonrió levemente, pero esa sonrisa cargaba con un toque de tristeza.

—Después de mi divorcio... necesitaba un nuevo comienzo. Y, bueno, tengo un hijo que depende de mí. Este trabajo me daría la estabilidad que estoy buscando.

Jasmine no pudo evitar sentir una conexión con esa historia. Se inclinó ligeramente hacia adelante, interesada no solo por las palabras, sino por la mujer que las decía.

—Un hijo... debe ser difícil manejar todo sola. Es admirable, en realidad. No todas las personas pueden con esa responsabilidad —comentó Jasmine, sin ocultar su admiración.

Agatha encogió levemente los hombros, sonriendo de nuevo, esta vez con algo más de calidez.

—Hago lo que puedo.

Jasmine mantuvo la mirada fija en ella, notando cada detalle de su expresión. Por unos segundos, el mundo exterior desapareció, dejándola perdida en pensamientos que no esperaba tener en medio de una entrevista.

—Es increíble... hay algo en ella —pensó Jasmine mientras su corazón comenzaba a latir más rápido—. Su fortaleza, su calma... no puedo evitar sentirme atraída por su sinceridad, su fragilidad y, al mismo tiempo, por su resistencia.

Agatha pareció notar el silencio incómodo y lo interrumpió.

—Jasmine, ¿todo bien?

Jasmine parpadeó, volviendo al presente, un tanto avergonzada.

—Sí, claro. Perdona... a veces me pierdo en mis pensamientos. Sigamos. Cuéntame más sobre tus habilidades. ¿Cómo manejas la presión?

Agatha respondió con tranquilidad:

—Bueno, después de todo lo que he pasado... la presión laboral parece algo más sencillo. Me adapto rápido y aprendo aún más rápido. Supongo que ser madre soltera me ha enseñado a enfrentar cualquier situación.

La respuesta de Agatha solo aumentó el interés de Jasmine. Intentó mantener su profesionalismo, pero en su mente ya había cruzado esa línea. A lo largo de la entrevista, la conexión entre ellas se hizo más evidente, aunque solo Jasmine parecía estar consciente de lo que estaba ocurriendo en su interior.