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Lo conocí a los 15, me enamore a los 16 y sigo luchando con lo que siento a los 17.
No es bueno, no es sano, no es recíproco y tampoco me conviene, estoy aferrada a un amor no correspondido con la misma intensidad; sus ojos no brillan cuando me mira, su corazón no late con fuerza cuando sonrió y sus sentidos no estallan como un volcán cuando estamos juntos. Pero en cambio, entre versos y letras, yo a él le entrego mi alma y por el me arranco el corazón.
Efímero, una palabra que describe bien esta relación en sube y baja que no llega a ningún lado.
Mis letras, un sin fin de pensamientos y sentimientos destinados a él; la musa de cada verso, rima y estrofa.
Y espero que cada palabra pueda encantarte, porque el amor de una escritora es acaramelado al paladar de quien sabe disfrutar el dulce sabor del amor.
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