Está historia está ubicada en el universo de Boku no Hero Academia. Los vongola no cuentan con ningún quirk y sus poderes están en el nivel al final del arco del futuro. En cuanto a los héroes, está situado antes de los acontecimientos de Overhaul.
Aunque me gustaría, no es BL. Triste, ¿no es así?
-.-.-.-.-
No recordaba en qué momento exacto había terminado subido en un autobús. La última imagen que tenía era borrosa, como si su mente se hubiese apagado de repente, tal vez por la acumulación de estrés y agotamiento. Los primeros sonidos que llegaron a sus oídos fueron los murmurantes quejidos del motor apagándose, seguido de la voz áspera del conductor anunciando la parada.
—¡Es hora de bajarse!
El eco de los pasos resonó en el estrecho pasillo mientras los otros pasajeros, desconocidos para Tsuna, se apresuraban hacia la salida. Las voces se entremezclaban con risas y conversaciones ininteligibles que parecían lejanas, como si él estuviera fuera de lugar. Abrió los ojos lentamente, sus párpados pesados, y fue recibido por un rayo de luz que golpeó directamente su rostro. Instintivamente, Tsuna cerró los ojos de nuevo, confundido. ¿Por qué el sol estaba tan cerca? ¿Y por qué sentía que le estaba quemando las córneas?
— ¡AHHHH!
Se levantó de golpe, cubriéndose los ojos ahora irritados.
— ¡Reborn! —fue lo primero que gritó en cuanto logró enfocar un poco su mirada. El pequeño bebé tenía una lampara potente en sus manitas, parado sobre el asiento siguiente, apuntando directamente con ella a su rostro—. —¡Deja de apuntarme con eso! ¡Me quema los ojos! —exclamó, tratando de recuperar la compostura mientras masajeaba sus párpados.
Reborn lo miró con esa expresión de falsa inocencia que Tsuna conocía demasiado bien. El Arcobaleno guardó la lámpara detrás de su diminuta espalda, como si no acabara de casi cegar a su protegido.
—No despertabas, te llamé por mucho tiempo —una vez— y como no lo hacías, me preocupé. Tenía que comprobar que seguías vivo.
— ¡No finjas! —regañó —. ¡Podrías haberme despertado de otra manera! —refunfuñó, aunque en el fondo sabía que discutir con Reborn era inútil. Su tutor siempre encontraba la forma más extrema y retorcida de "ayudarlo".
Sin embargo, esa queja quedó en el aire cuando una extraña sensación comenzó a envolverlo, como un presagio. No era perturbadora, pero sí inquietante, como una tormenta que se avecina lentamente, anunciando su llegada. La brisa que entraba por la ventana abierta del autobús parecía cambiar, cargándose de una tensión que Tsuna no podía identificar.
— ¿Cuánto más se piensan quedar? ¡Les cobraré el doble! —regañó el chofer.
— ¿¡Eh?! ¡Ah, claro, bajaremos, bajaremos! —respondió Tsuna, sobresaltándose.
Torpe como siempre, tropezó un par de veces antes de descender por completo. Reborn lo siguió de cerca, saltando sobre su hombro en el momento en que Tsuna tocó el asfalto. La extraña sensación se disipó tan rápidamente como había llegado. El autobús rugió a su alrededor, arrancando con un estruendo, dejando a Tsuna sin tiempo para preguntarle al chofer dónde demonios se encontraban.
Cuando se lo preguntó a Reborn, él pareció dudar un poco antes de responder:
—Musutafu —murmuró, con un tono que no transmitía mucha certeza.
Unos segundos después, pareció recordar algo y en el mismo tono de siempre, confiado y seguro de lo que decía, agregó:
—El noveno quiere que te involucres con los nuevos héroes que se formarán y que veas si puedes reclutar a algunos para servir a la familia Vongola.
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Objetivo: Academia de héroes
FanfictionExtrañado de no recordar haber subido a aquel autobús, Tsuna parpadeó al encontrarse frente a la academia U.A., ¡la número uno de todas las academias de héroes! El imponente edificio lo intimidaba, y una parte de él sentía que debería estar emociona...