Parte 7: Errores

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You must think that I'm stupid

You must think that I'm a fool

You must think that I'm new to this

But I have seen this all before

I'm never gonna let you close to me

Even though you mean the most to me

'Cause every time I open up, it hurts

So I'm never gonna get too close to you

Even when I mean the most to you

In case you go and leave me in the dirt

But every time you hurt me, the less that I cry

And every time you leave me, the quicker these tears dry

And every time you walk out, the less I love you

Baby, we don't stand a chance, it's sad but it's true

Too good at goodbyes (Sam Smith)


ELLA

La parte difícil de equivocarte es admitir que lo has hecho, a nadie le gusta aceptar cuando comete errores, y puede que hasta prefieras callar, barrer bajo la alfombra y hacer como si nada pasó, el verdadero problema es si esos errores tienen consecuencias que no puedes mantener en las sombras.

Me quedé sentada cerca de la piscina, fumando un cigarrillo y observando a Emilio caminar de un lado a otro mientras procesaba lo que acababa de contarle. Me estresaba que se tomara tanto tiempo cuando antes no le había importado decirme cada uno de sus pensamientos, me ponía tensa.

—Habla —le exigí y le ofrecí mi cigarrillo, lo tomó y le dio un par de caladas.

—Esto no es bueno.

—Voy a buscarlo mañana, dejar que se le pase el enojo, y yo también estoy enojada. Me echó de su casa ¿lo puedes creer?

—Esto no es una pelea de noviecitos. Es una bomba que va a explotarnos en la cara. Lo mejor será adelantarnos, arreglar la narrativa y no estaría mal que siguieras el tratamiento en el Santa Ana... no, no, mejor continuamos en el Sorolla, no queremos dar de qué hablar.

—Néstor no va a ir por ahí contando lo que le dije. Solo está enojado.

—Qué ingenua te vuelve un par de buenos polvos.

—No soy ingenua. Creo en él. Me ha dicho que me ama, en el calor del momento, pero lo ha dicho.

—¿Sabes cuántas veces he dicho que amo a alguien mientras follo? Y no los amo, amo lo que me hacen. Decir te amo mientras follan no cuenta.

—Pues yo creo que sí. Yo no voy por ahí diciéndole a alguien que lo amo solo porque sí.

—En serio te veo mal. ¿Se lo dijiste? Claro que se lo dijiste, si casi lo tenías instalado aquí en casa. Me siento como en un reality de esos de telebasura, contigo viviendo intensamente cada cosa. Es el cáncer hablando, Patricia, no eres tú.

—Hablaré con él mañana, voy a arreglarlo. Déjame hacer esto, por favor.

La noche fue demasiado larga, no pude dormir, pero al menos aproveché para trabajar en todo lo que había descuidado. El trabajo me ayudaba a centrarme y me hacía sentir que seguía siendo yo, al final del día cuando las personas en las que creía me fallaban, el trabajo siempre estaba para reconfortarme, al menos en eso sabía que era buena; si Néstor me conociera mejor, sabría que no habría puesto en riesgo lo que más me importa de no ser porque estaba desesperada.

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