Sombras en el Corazón (Shinomitsu)

El Sacrificio de Mitsuri

(Shinobu y Kanao avanzaban a toda velocidad hacia el cuartel de los cazadores, llevando a Mitsuri, quien luchaba contra la transformación que estaba consumiendo su cuerpo. Cada segundo contaba, y ambas sabían que el tiempo de Mitsuri se estaba agotando. A pesar de todo, Mitsuri aún tenía la esperanza de resistir el impulso demoníaco que empezaba a apoderarse de ella.)

(A medida que se acercaban al cuartel, la atmósfera se volvió tensa. El aire era pesado y oscuro, como si algo malvado estuviera acechando entre las sombras.)

Kanao (preocupada, observando el rostro cansado de Mitsuri): —Shinobu, ¿crees que llegaremos a tiempo? Mitsuri... está empeorando.

Shinobu (con voz seria y decidida): —¡No tenemos otra opción! Tenemos que llegar al cuartel, ellos pueden ayudarnos a detener esta transformación. No perderemos a Mitsuri.

(De repente, un escalofrío recorrió el aire. Kanao miró a su alrededor, sus sentidos agudizados, sintiendo una presencia oscura cerca. Antes de que pudieran reaccionar, apareció una figura entre las sombras, y el demonio que había envenenado a Mitsuri surgió detrás de ella, moviéndose con una velocidad inhumana.)

Demonio (con una sonrisa maliciosa): —Vaya, vaya... la dulce Mitsuri. Parece que mi veneno está haciendo maravillas en ti. Estás casi lista para unirte a nuestra causa.

(Mitsuri levantó la cabeza débilmente, sintiendo la presencia maligna del demonio. Aunque estaba agotada, el instinto de lucha aún vivía en ella. No podía permitir que ese monstruo lastimara a Shinobu y Kanao.)

Mitsuri (con dificultad, luchando por hablar): —¡No... voy a permitir... que las lastimes!

(El demonio se lanzó hacia ellas, con las garras extendidas. Sin pensarlo dos veces, Mitsuri, utilizando la poca energía que le quedaba, se interpuso entre el demonio y sus amigas. El demonio iba directo hacia Shinobu, y Mitsuri, con un grito de dolor, sacrificó su brazo, dejándolo en el camino del ataque.)

(El impacto fue devastador. Mitsuri cayó de rodillas, su brazo ensangrentado y casi arrancado por completo. El dolor era insoportable, pero su determinación era más fuerte. Kanao y Shinobu quedaron paralizadas por un momento, sorprendidas por el sacrificio de Mitsuri.)

Shinobu (gritando, con desesperación): —¡Mitsuri!

Kanao (corriendo hacia ella, con lágrimas en los ojos): —¡No, Mitsuri!

(El demonio retrocedió por un momento, sorprendido por la valentía de Mitsuri. Mientras Shinobu y Kanao corrían a su lado, el demonio sonrió de manera cruel.)

Demonio (burlándose): —¿Crees que ese sacrificio te salvará? La transformación ya está en marcha. No podrás resistir mucho más.

(Mitsuri, aún en el suelo y apenas consciente, miró a Shinobu y Kanao con una suave sonrisa en sus labios. Sabía que su tiempo estaba llegando a su fin, pero había logrado protegerlas una vez más.)

Mitsuri (con voz débil): —Estoy... bien. Mientras ustedes estén a salvo... todo estará bien.

(Shinobu se arrodilló junto a Mitsuri, sosteniendo su rostro con suavidad. Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas, mientras veía cómo su amada estaba al borde del colapso. No podía perderla, no de esta manera.)

Shinobu (con voz rota, abrazándola): —No te dejaré ir, Mitsuri. No dejaré que te conviertas en un demonio... Prometo que te salvaré.

(Kanao, luchando por mantener la compostura, también se arrodilló junto a Mitsuri, sosteniéndola del otro lado. El demonio desapareció entre las sombras, satisfecho con su obra, dejando atrás a las tres mujeres, luchando por la vida de Mitsuri.)

(Mitsuri, agotada por la pérdida de sangre y el dolor insoportable, finalmente sucumbió al cansancio. Sus ojos comenzaron a cerrarse lentamente, mientras un profundo sueño la envolvía.)

Mitsuri (susurrando antes de quedarse dormida): —Shinobu... Kanao... gracias. Lo siento...

(Sus últimas palabras resonaron en el aire antes de que finalmente cayera en un profundo coma. Shinobu y Kanao la miraron con angustia, sin saber si alguna vez volvería a despertar.)

Shinobu (con voz temblorosa): —Está... está dormida. Tenemos que llevarla al cuartel. No podemos perderla, Kanao. Tenemos que luchar por ella.

Kanao (con lágrimas en los ojos, asintiendo): —No la perderemos, Shinobu. No mientras sigamos luchando.

(Con cuidado, Shinobu y Kanao levantaron a Mitsuri, ahora inconsciente, y la llevaron rápidamente al cuartel de los cazadores. Mitsuri permanecería en coma por los siguientes dos años, mientras su cuerpo luchaba por recuperarse del veneno y de la transformación que amenazaba con apoderarse de ella. Pero aunque su sacrificio había sido inmenso, la batalla aún no había terminado.)

(La esperanza de que Mitsuri volviera a ser la misma seguía viva, pero la oscuridad que había comenzado a habitar en su interior sería un desafío que tendrían que enfrentar cuando ella despertara.)