Capítulo 43.

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No entiendo nada, tengo la cabeza en blanco desde la discusión con las dos personas que nunca pensé que me juzgarían tanto. Quizás lo hagan por mi bien, lo sé, pero tienen que dejar que me equivoque por mi misma, tienen que dejarme volar y salir de mi zona de confort y más ahora que he conocido a un hombre al que quiero y con el que quiero intentarlo a pesar de todo lo que ha pasado estos días. Ojalá no salga mal, ojalá esta oportunidad no la desperdicie Antoine y me esté siendo sincero, ojalá no me arrepienta y ojalá pueda decir que todo ha merecido la pena.

Llegamos al aeropuerto y cogimos el primer vuelo dirección París, tuvimos suerte porque solo tuvimos que esperar tres horas, aunque fue demasiado caro por haber cogido el vuelo aquí con tan poco tiempo.

El peor momento fue hacer la maleta, era como si sintiese que me iba para siempre, como si nunca fuese a volver a mi casa, como si jamás fuese a volver a ver a Hugo y a Gala, fue una sensación muy dolorosa, a pesar de que Antoine me animaba y me ayudaba, no era capaz de dejar de llorar.

En el vuelo casi no hablamos, yo no tenía ganas de tener una conversión y Antoine aprovechó a dormir ya que en el mismo día había cogido dos vuelos con el que estábamos haciendo. Me puse los auriculares y miré por la ventana la mayor parte del vuelo, la otra mitad me dediqué a observarle, a pensar en cómo estaba cambiando todo por él y en como mi vida se estaba desmoronando también desde que le conocí.

Es curioso como la misma persona que te cambia la vida a mejor también puede cambiártela a peor, en cómo puedes querer a alguien en cuestión de semanas cuando por otras no has sentido nada en mucho más tiempo, supongo que ahora entiendo la frase que dice la gente que no es cuestión de tiempo si no de la conexión entre dos personas, quizás ahora gracias a Antoine muchas cosas empiezan a tener sentido y otras simplemente, dejan de tenerlo.

Nada más llegar a París fuimos a su casa, Antoine había dejado el coche aparcado en el parking del aeropuerto por lo que tardamos menos de lo que imaginaba. Al llegar a su casa lo primero que hice fue darme una ducha, necesitaba desconectar y sentirme limpia para ponerme cómoda.

Ahora estamos sentados en el sofá, Antoine acaba de salir de la ducha y lleva un rato hablando con su jefe para decirle que esta semana no podrá ir a trabajar porque se ha inventado que está con gripe en casa. Espero de verdad que no le descubran que es mentira y que no le despidan por mi culpa.

-¿Estás más tranquila?-me pregunta.

-Lo estaré cuando me cuentes la verdad de todo lo que está pasando-le digo.

-Natasha, tienes que entender que voy a necesitar tiempo para contarte todo, para mí no es fácil y tengo que prepararme.

-¿Prepararte? ¡Acabo de abandonar mi casa y a las personas que quiero por ti! Porque me has pedido que confíe en ti.

Me levanto del sofá enfadada y camino en círculos por el salón.

-Lo sé.

-¿Y cómo pretendes que confíe en ti si no me das motivos para hacerlo?

Antoine me mira, suspira y traga saliva. Está nervioso, lo sé. Y entiendo que quizás todo esto sea complicado para él, pero para mi también lo es, yo acabo de dejarlo todo por él, a mi mejor amigo, a mi hermana y mi casa, lo mínimo que pido es un poco de confianza, unas palabras y un corazón sincero.

-Solo quiero que te abras a mí-digo intentado contener las lágrimas-Joder, no es tan complicado...

-Natasha-dice levantándose para situarse delante de mí-Te prometo que te contaré todo, todo lo que quieras y necesites, pero tienes que confiar en mí, te prometo que lo haré.

Antoine me coge la mano y me pega contra él para abrazarme. Yo no me opongo y le abrazo más fuerte.

-Tienes una semana, ni un día menos ni uno más, si no me cuentas todo, me iré y no volverás a verme nunca-digo apoyada en su pecho intentando no llorar.

Antoine me acaricia el pelo y me da un beso en la cabeza.

-No volveré a darte motivos para que te vayas, si lo haces será porque tú quieras, no por mi culpa, te lo prometo Natasha.

Creo que no se da cuenta el poder que tiene sobre mi, yo jamás me iría de aquí si pudiese, no volvería a Madrid si todo fuese más fácil y no le dejaría solo nunca, pero todo es más complicado y la vida va mucho más allá que el querer a alguien. No todo es querer en cualquier tipo relación y eso es algo que por suerte o por desgracia estoy aprendiendo. Tu puedes querer mucho a un amigo o a un familiar, no hace falta que sea a una pareja, pero a pesar de querer mucho a alguien si esa persona te hace daño, ya no vale. En el amor no todo vale, en el amor hay que hacer las cosas bien, si no, deja de ser amor.

Si decides quedarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora