33. Destellos de Elegancia y Peligro

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El Gran Comedor lucía espléndido, adornado para la gran ocasión, y la expectativa de todos estaba en el aire. La profesora McGonagall parecía más estresada de lo habitual, aunque trataba de mantener la compostura mientras buscaba reunir a los campeones del torneo para iniciar la velada. Entre ellos, Fleur ya estaba con su pareja, impecable como siempre.

En el vestíbulo, los demás campeones esperaban a que todo estuviera listo. Harry, con su pareja de último momento, se mostraba algo nervioso, mientras que Cedric, a pesar de que todos sabían con quién iría, se encontraba momentáneamente solo. Krum también aguardaba con paciencia. Sarah, por su parte, ya estaba acompañada de Draco, quien intentaba aparentar tranquilidad. El bullicio del vestíbulo se detuvo por un instante cuando Hermione y Eileen finalmente descendieron las escaleras. Todo el esfuerzo para arreglarse había valido la pena, y los murmullos de admiración no tardaron en hacerse escuchar.

Viktor Krum, con su estilo reservado, se acercó a Hermione y tomó su mano con suavidad, besándola delicadamente mientras le susurraba lo hermosa que estaba. Cedric, más directo, envolvió a Eileen por la cintura, acercándola para besarla, aunque su gesto fue interrumpido cuando la profesora McGonagall los llamó al orden. Era el momento de iniciar.

Los campeones se alinearon: Fleur encabezaba la fila, seguida por Krum, Cedric, Sarah y, finalmente, Harry. Al abrirse las puertas del Gran Comedor, un estallido de aplausos y vítores los recibió. Sin embargo, entre la algarabía, se escuchaban murmullos sorprendidos. Muchas chicas no podían creer que Hermione fuese la pareja de Viktor, y otras observaban con asombro el atuendo de Sarah, mientras algunos susurraban que Eileen era extremadamente afortunada por estar con Cedric.

Cuando llegaron al centro del salón, las parejas se colocaron frente a frente, preparándose para el primer baile. Draco, algo incómodo, puso con torpeza su mano en la cintura de Sarah, recordando con esfuerzo cómo debía guiarla. Sarah, por su parte, miró de reojo a Snape, quien, desde la distancia, le asintió casi imperceptiblemente. Era una señal. Como en la prueba anterior, Sarah sabía que debía concentrarse, pero esta vez, reconocía que Draco no era tan malo en el baile como esperaba.

La música comenzó a sonar, y las parejas se movieron al ritmo, cada uno siguiendo los pasos que la profesora McGonagall les había enseñado. Eileen y Cedric destacaban, sus movimientos eran fluidos, como si estuvieran perfectamente sincronizados. Cedric mantenía su mano firme en la cintura de Eileen, guiándola con precisión, y ambos disfrutaban del momento sin apartar la vista el uno del otro. A medida que el baile progresaba, otros profesores, como McGonagall y Dumbledore, se unieron, seguidos por más parejas que llenaron la pista de baile. Todo salió a la perfección. Al final, Cedric selló el baile con un beso para Eileen, antes de que cada uno se dirigiera a sus mesas para continuar con la celebración.

Las horas pasaron rápidamente. La pista de baile rara vez quedó vacía, y la música continuaba mientras algunos estudiantes se retiraban a dormir o merodeaban por los pasillos del castillo. Sarah, sin embargo, tenía algo más en mente. A lo largo de la noche, no había encontrado a Severus, y la inquietud la empujaba a buscarlo. Sabía que tenía muchas responsabilidades esa noche, pero necesitaba verlo, aunque fuera un momento.

Se dirigió hacia el patio de la Torre del Reloj, donde lo había visto por última vez. Mientras caminaba, notó a varias parejas de estudiantes aprovechando las sombras y los rincones oscuros para estar demasiado cerca, un comportamiento que, en su opinión, resultaba bastante absurdo. Al llegar al patio, vio a Snape inspeccionando los carruajes, su varita en mano, buscando algo que le había llamado la atención. No estaba solo. Karkarov estaba a su lado, lanzando una avalancha de preguntas, intentando captar su atención sobre un asunto que claramente no quería tratar. Snape, con su habitual indiferencia, lo ignoraba por completo.

Our Safe Place | Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora