Nuevos héroes acolchados

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Resumen:
Después de una misión, Deku, Bakugou y Todoroki terminan enfrentándose a un destino inesperado.

Texto de trabajo:
Nuestros jóvenes héroes se habían alistado en la misión de rescatar a su amigo, pero para su desgracia, los villanos ya estaban al tanto del plan de los héroes. Para poder salvarse, decidieron idear un plan para adquirir dos rehenes más, exponiendo así también la ineficiencia de los héroes a la vista del público. Midoriya fue el primero en despertar. No solo sus párpados estaban pesados, sino que todo su cuerpo se sentía pesado. Cuando logró abrir completamente los ojos y comenzar a procesar su entorno, se dio cuenta de que estaba acostado boca arriba. Pensó que estaba mirando a un niño pequeño, pero se equivocó. Se vio a sí mismo en un espejo; estaba dentro de una cuna, envuelto. Se quitó la manta para revelar su atuendo, compuesto solo por un babero y un pañal grueso que separaba sus piernas, con un chupete en la boca como toque final. Hasta que se vio chupándolo, no se había dado cuenta de que lo estaba usando. Los recuerdos pronto inundaron su mente: un olor que atravesaba su cerebro y que lo había hecho colapsar antes de siquiera poder considerar una estrategia para enfrentar a los villanos. Antes de cerrar los ojos, había visto a Todoroki oponiendo un poco de resistencia pero terminó cayendo igual que él. Todo esto fue muy confuso y extraño de digerir. Intentó levantarse dentro de la cuna con poco éxito, por lo que optó por arrodillarse dentro y apoyarse en los barrotes. Al hacerlo, se dio cuenta de que no estaba solo; había dos cunas. Una era rosa y tenía juguetes de princesas y mantas, pero estaba vacía. En la otra cuna cercana, similar a la suya, estaba Todoroki, vestido de manera muy similar a él. Midoriya se quitó el chupete de la boca para hablar.
"¡Todoroki-kun! ... ¡Despierta!"
No hubo respuesta. Todoroki se movía dentro de la cuna, abrazado a un peluche, y Midoriya pudo escucharlo chupar su chupete y murmurar palabras sin sentido. Tal vez estaba teniendo una pesadilla o estaba bajo la influencia del poder de algún villano. Midoriya intentó levantarse de nuevo, pero su cuerpo estaba débil; incluso dudaba de poder mantenerse en pie. Justo cuando estaba a punto de hablar de nuevo con su amigo, escuchó el sonido de pasos. Tomó una decisión rápida, se puso el chupete de nuevo en la boca y se abrigó rápidamente para intentar fingir que estaba dormido. La puerta se abrió, iluminando la habitación y revelando una voz desconocida.
"Parece que ambos bebés siguen durmiendo. No te preocupes, mi apestosa princesa, pronto podrás jugar con tus amiguitos bebés".
Midoriya abrió un ojo con cautela, temeroso de ser descubierto pero ansioso por encontrar alguna pista sobre lo que estaba sucediendo. No podía creer lo que veía; Bakugo estaba en los brazos de ese hombre, sin mostrar signos de resistencia. Vestía un llamativo pañal rosa y un atuendo más propio de una niña o una princesa. Su amigo se aferró al cuello de quien él creía que estaba detrás de todo esto. Aunque apenas se oía, Midoriya pudo oír lo que decía su amigo.
"Papá... tengo popoo..."" Su voz era algo temblorosa; su miedo era palpable.
—Ay, ¿mi pequeño quiere usar su pañal? Anda, pequeña, úsalo tal como te enseñé. Por fin te estás comportando como la princesa que eres y no quiero recurrir a la hipnosis ni a ningún castigo contigo de nuevo.

Los ojos de Deku no podían procesarlo: ¿qué le habían hecho a su amigo para que se comportara así? Si podían quebrarlo y hacer que se comportara como un bebé, ¿qué significaría para ellos? No podía soportar la idea de tener que hacer sus necesidades en un pañal, y mucho menos actuar como un bebé. Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de un pañal crujiendo: el de su amigo, ahora la "Princesa Apestosa".
"Muy bien, pequeño. Estoy muy orgulloso de ti. Entiendo que todavía piensas que eres un niño grande, pero estás haciendo un gran progreso con tus pañales. Los llenas más cada vez", la mano del hombre ahora acariciaba el trasero abultado.
Midoriya esperaba que su amigo estallara de ira, que usara su don y disparara la cara del captor, pero en cambio, se chupó el pulgar y asintió con la cabeza ante cada palabra. Todo esto parecía haberse integrado en su rutina diaria.
"Te dejaremos en tu corral mientras preparo a tus nuevos amigos, así que pórtate bien con papi".
Al poco rato, ambos desaparecieron de su campo de visión y la puerta se cerró, volviendo la oscuridad a la habitación. Era ahora o nunca, tenía que salir de allí y despertar a Todoroki. Con su ayuda, podrían enfrentarse a ese sujeto. Concentró un porcentaje de su quirk en todo su cuerpo y finalmente logró pasar su pierna por encima de los barrotes. Su cuerpo se sentía pesado e insensible, incluso después de concentrar su quirk en él. Finalmente logró escapar de la cuna, sabiendo que el pañal obstaculizaría sus movimientos, por lo que intentó quitárselo. Cuando sus dedos intentaron despegar las cintas, algo extraño sucedió, no se movían. Usó toda la fuerza que pudo reunir, pero fue inútil. No tenía más tiempo que perder, por lo que decidió que tendría que gatear. Se acercó a la cuna de Todoroki, ese hombre podría estar cerca, por lo que decidió despertarlo pasando su mano por los barrotes y sacudiéndolo suavemente. Observó como su amigo abría lentamente los ojos y se los frotaba.
—Uh, ¿Midoriya? ¿Por qué estoy vestido así? ¿Dónde estoy? —Todoroki no parecía darse cuenta de que tenía un chupete en la boca—.
No hay mucho tiempo para explicar. El mismo villano que tiene cautivo a Kacchan también nos ha capturado. Tenemos que intentar escapar lo antes posible. Creo que le hizo algo a nuestros quirks, no puedo usar el mío. —En
respuesta, Todoroki intentó usar el suyo, pero solo pudo invocar una pequeña llama que se extinguió de inmediato. Perplejo, comenzó a sentarse, levantando la manta que lo cubría y revelando un gran pañal que cubría su entrepierna, luego notó el chupete en su boca y lo sacó—.
¿Por qué estoy usando esto? ¿Estamos en una guardería? ¿Qué le pasó a Bakugo? —Su ​​voz era una mezcla de confusión y desesperación—.
Sé que es mucho para procesar, y tampoco lo entiendo del todo, pero primero debemos concentrarnos en salir de aquí." Su amigo asintió, sintiéndose algo tranquilo.