Iván Rompe el Silencio: "Rodrigo y Yo Estamos en Esto de Verdad"
En un inesperado giro de los acontecimientos, el aclamado escritor Iván sorprendió a la prensa con una declaración sobre su relación con el famoso actor Rodrigo Carrera, dejando claro que no es una simple estrategia mediática.
Durante su llegada al evento de anoche, Iván, conocido por su bajo perfil y su incomodidad con la fama, dio un paso al frente en medio de una oleada de preguntas de la prensa. Sin la presencia de su habitual representante, Nico, Iván decidió tomar las riendas y hablar directamente sobre los rumores que han circulado en las últimas semanas.
"Rodrigo y yo estamos en esto de verdad", afirmó el escritor ante los medios, poniendo fin a las especulaciones que sugerían que su relación con el actor era parte de un montaje. "Sí, la gente puede tener sus opiniones, pero lo importante es lo que sentimos nosotros", añadió, demostrando una confianza y firmeza que sorprendió a los presentes.
La relación entre Iván y Rodrigo ha sido objeto de escrutinio desde el principio, especialmente con la reciente aparición de unas fotos que mostraban a Rodrigo en compañía de Tomás, el ex de Rodrigo. Ante esto, los periodistas no tardaron en preguntar si esas imágenes afectaban su relación.
"Tomás y Rodrigo tienen un pasado, sí, pero yo confío plenamente en él", respondió Iván sin dudar. "Sé la clase de persona que es, y no tengo ninguna duda de su lealtad. No me importa lo que digan los terceros ni lo que aparezca en los titulares. Lo que tenemos es real, y eso es lo único que importa", sentenció, poniendo fin a los rumores de manera definitiva.
Con estas declaraciones, Iván no solo reafirmó su compromiso con Rodrigo, sino que también dejó claro que no permitirá que los medios interfieran en su relación. Las dudas y especulaciones pueden continuar en los tabloides, pero, según sus propias palabras, su confianza en Rodrigo es inquebrantable.
[...]
Al día siguiente, cuando llegué a la oficina de Nico, pude sentir la tensión en el ambiente. Sabía que él había visto todo lo que pasó en el evento la noche anterior, y estaba preparado para cualquier cosa que me lanzara. Al abrir la puerta, me encontré con Nico, sentado detrás de su escritorio con una expresión que parecía ser de orgullo.
Antes de que pudiera decir algo, Nico se levantó lentamente y comenzó a aplaudir con exagerada teatralidad. Cada aplauso resonaba en la pequeña oficina como un eco burlón, llenando el espacio entre nosotros con un sarcasmo palpable.
—¡Bravo, Iván, bravo! —exclamó, sin dejar de aplaudir—. Finalmente, el gran escritor da un paso adelante y toma el control de su historia. ¡Qué momento tan épico, tan valiente!
Me crucé de brazos, viendo cómo sus aplausos se ralentizaban hasta detenerse por completo. Sabía que el sarcasmo estaba cargado de orgullo, aunque nunca lo admitiría abiertamente.
—¿Terminaste? —pregunté, intentando mantener la calma, aunque una parte de mí quería reírme de lo ridículo que se veía.
Nico dejó escapar una risa breve y se dejó caer en su silla, mirándome con las manos entrelazadas sobre su escritorio.
—¿Sabés lo que hiciste anoche? —dijo, su tono ahora más serio—. No sé si fue un acto de valentía o una locura. Salirte del guion así... No se si tengo que felicitarte o darte una charla sobre no improvisar en público sin avisarme.
—No improvisé —respondí, sentándome frente a él—. Dije lo que tenía que decir. No podía seguir siendo el tipo que se queda en silencio mientras todo el mundo habla por mí. Y Rodrigo... está de acuerdo con lo que dije.
Nico me observó por un momento, sus ojos recorriendo mi expresión en busca de algún rastro de duda. Al ver que no iba a encontrarlo, suspiró y se reclinó en su silla.
—Sí, bueno... fue valiente. Y aunque me sorprende que te animaras a enfrentar a la prensa así, debo admitir que lo manejaste bien. De hecho, fue perfecto. La confianza, la firmeza... todo estuvo en su lugar. No esperaba eso de vos.
Me encogí de hombros, sin querer darle más peso del necesario al asunto.
—No tenía otra opción. O lo hacía, o seguía hundiéndome en este desastre.
Nico asintió, aunque una pequeña sonrisa sarcástica seguía jugando en los bordes de sus labios.
—Bueno, al menos por esta vez, no me diste dolores de cabeza. Pero la próxima vez... tratá de avisarme.
Rodé los ojos y saqué mi teléfono, observando todos los mensajes de la noche anterior.
Nico me miraba desde su escritorio, la sonrisa aún presente en su rostro mientras yo deslizaba el dedo por la pantalla de mi teléfono, revisando los mensajes que había ignorado durante la noche. Todos parecían sobre lo mismo: felicitaciones, opiniones y, claro, un montón de preguntas. Lo dejé a un lado, sin responder, y me apoyé contra el respaldo de la silla frente a Nico.
—¿Sabés lo que me preocupa de todo esto? —continuó Nico, volviendo a adoptar un tono más serio—. La prensa va a querer más. Ahora que los dejaste entrar, van a seguir empujando, buscando cualquier grieta. Lo que hiciste estuvo bien, pero tenés que estar preparado para lo que viene.
Asentí lentamente. Sabía que tenía razón.
—Ya sé— dije, mirándolo directamente—. Pero prefiero esto a quedarme callado y que sigan inventando cosas. Ya estoy cansado de ser el pibe que no tiene control de su propia vida.
Nico me observó en silencio por un momento, como si estuviera procesando lo que acababa de decir. Finalmente, suspiró y asintió, dándome un gesto de aprobación.
—Mirá, te voy a ser sincero. No me lo esperaba. Pensé que ibas a salir corriendo o dejar que Rodrigo manejara todo, como siempre lo hiciste antes. Pero lo que hiciste fue valiente. Y en este negocio, la valentía paga... siempre y cuando sepas cuándo usarla.
Sonreí un poco, sintiendo una ligera sensación de alivio. Que Nico, con todo su "orgullo", por decirlo de alguna forma, me diera algo de crédito significaba mucho.
—Gracias, creo —respondí con una leve risa—. Igual no sé si tengo que tomarlo como un cumplido.
Nico soltó una carcajada breve y movió la cabeza, como si estuviera entretenido por mi comentario.
—Tomalo como quieras, pero si esto sigue así, vas a tener que acostumbrarte a hablar más. Y no solo con la prensa.
—Bueno, bueno, por ahora voy a disfrutar este pequeño respiro —dije finalmente, levantándome de la silla—. Pero tranqui, Nico. Si algo aprendí anoche, es que no puedo seguir escondiéndome.
Nico asintió, volviendo a sentarse en su silla con una expresión más relajada.
—Eso es lo que quería oír —dijo—. Ahora, andate y disfruta de tu día libre. Te lo ganaste. Pero la próxima vez, avísame antes de mandarte alguna sorpresa como la de anoche, ¿dale?
Sonreí y asentí antes de salir de la oficina. A pesar del sarcasmo y la teatralidad, sabía que Nico estaba orgulloso. Había dado un paso importante, y aunque el camino por delante iba a ser complicado, al menos ya no me sentía tan perdido.
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Entre escenas y letras
RomanceIván Buhajeruk, un escritor que nunca quiso ser famoso, se ve obligado a fingir una relación con el actor Rodrigo Carrera para mantenerse en el ojo público tras el éxito de su última novela.