MI MENTOR.
Las manos de Otis delataban su frenético pesar. Lisus nunca había visto a su compañero de tal forma.
——Te ayudo—— se ofreció Lisus tomando la lámpara entre sus manos.
Corrieron por las celdas para levantar a todo el clero completo, a excepción de los jóvenes seminaristas. Una gran ola de hombres entregados a Dios, llenó los pasillos de murmureos intrigantes y lámparas ardientes. La sala capitular estaba inundada de una tensión oscura, una que proliferaba temor sin la necesidad de que corrieran gotas por la frente. Lisus, alejado del resto desde su propia mente, se detuvo en cada rasgo de la cara del cardenal, quien parecía tener retener su lengua, como si su garganta ansiara por confesar algo por debajo de su cuidado bigote platinado. Sea lo que fuese a anunciar, debía ser de peso.
Todos se recompusieron como pilares y el enorme recinto colapsó en sumo mutismo, después de que el tintineo de una acabada campanilla de oro se amplificara desde el gran estrado. El cardenal se miró los dedos empolvados, para luego impregnar los ojos en cada habitante de la sala en un gesto efímero.
——Hermanos——empezó sin exclamar, le bastaba la firmeza contenida en la garganta——. Lo siento por la bruma. Se trata de un tema delicado.
La noche a través de los ventanales se tornó gélida. Algunos frailes antiguos se miraron entre sí, nerviosos, cómplices, en un intento por adivinar lo que el cardenal estaba por anunciar.
——Hace un tiempo——comenzó, su lengua se tornó imprecisa, pero retomó el ritmo——captamos movimientos extraños en las antiguas ruinas de la caída Tenochtitlan, por parte de brujas...
Entonces la bulla se esparció hasta las ventanas altas de la sala, irreparablemente.
——Brujas——susurró Otis al oído de Lisus, litigándolo en un escalofrío que le succionó el corazón por escasos milisegundos——. Pensé que se extinguieron.
Lisus apretó los dedos en puños, lanzándole una mirada confundida a su contrario. Si bien había escuchado sobre las hazañas del clero franciscano, no lograba dimensionar la realidad de los sucesos.
——Yo apenas sé de ellas——le susurró de vuelta.
Otis entrecerró los parpados, analizando su posición con el hecho. Tanto Otis como Lisus, eran sacerdotes con poco tiempo de ordenación, comparados con muchos hombres de Dios que estaban presentes en el recinto.
Lisus creía que los cuentos de brujas quedaron hundidos en lienzos empolvados, en lo que conoció de Europa, pero... ¿En la Nueva España? ¿Se trata de lo mismo? Sabía lo superficial de aquella persecución en 1519 hasta 1521 por mera lectura, pero jamás pensó que tal hecho reviviría.
——Deben saber que tomé medidas—— las palabras del cardenal acallaron la bruma de nuevo, denotando su estatus——. Envié una pequeña comisión de frailes especialmente preparados para detener a esos seres, ya lo habíamos logrado en el pasado. ¿Qué es diferente? Y la verdad es que no sé darle una explicación lógica. Esa comisión fue encontrada desvivida de una manera atroz.
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JUDAS: El Traidor || RSMX
Детектив / ТриллерEn la devoción por creer y ansias de poder, olvidamos a los seres que nos protegen. Después de la conquista, la persecución de "brujas" fue iniciada por la corona española. Sin embargo, su erradicación fue falsamente exitosa. La vida de un enigmátic...