𝙃𝘼𝙏𝙀 | Yeon Sieun

Capítulo XII

Su pecho ardía, cada inhalación era respirar fuego, se sentía desmayar. Sus rodillas estaban a punto de ceder pero no podía dejar de correr.

Llegaría tarde.

Cuando se detuvo para apoyarse en sus rodillas y regular su respiración, casi llora de alivio cuando la ubicación de suho señalaba estar al final del callejón, con rapidez entró a este y se detuvo un segundo ante el panorama.

Sus alarmas se activaron cuando yeongbin agarró una botella y tenía la intención de ir a sieun con ella, la rabia se apoderó de ella y sin pensarlo avanzó hacia él empujando un chico al suelo en el proceso, estaba allí parado cómo estatua,  pero no le importaba nada más en este momento.

Cuando se acercó a youngbin su mano apartó rápidamente la gorra y lo agarro fuerte del cabello tirando lo hacia atrás recibiendo quejidos, le dobló sus rodillas de una patada y golpeó su cabeza contra el piso, como final poniendo un pie en su cabeza.

Todos quedaron en silencio, solo los quejidos de yeongbin eran audibles, suho se acercó a ella.

—Vaya, buen trabajo, sabía que vendrías por su príncipe. —suho se burló. 

Hye quién no había apartado la mirada del mayor en el suelo habló. —Oye, ¿no te da vergüenza atacar a alguien menor que tú? Si yo fuera tú moriría de vergüenza, eres patético, todos ustedes. —su mirada pasó por los presentes deteniéndose en youngbin bajo su zapato, piso con fuerza recibiendo gemidos de dolor —Te gusta humillarte ¿no es así? 

—Hyung, ¿qué haces? —La voz amortiguada de youngbin la hizo reír.

—Supongo que tu primo está avergonzado.

—Digamos que fue todo por hoy.

Se dieron una última mirada antes de que este desapareciera fuera del callejón.

—Jeon youngbin, detente. —Sieun habló, de repente su mirada viajó por todo su cuerpo notando lo sucio que estaba, era obvio que habían logrado golpearlo bastante, la preocupación y la rabia la abordaron, piso con más fuerza.

—De verdad detente. —dijo con los dientes apretados y dió una última advertencia antes de alejar su pie, empezaron a caminar para irse y con preocupación se acercó a sieun.

—Déjame ver —agarró la mano del chico con delicadeza temiendo hacerle mucho más daño.

—Estoy bien. — No quitó la mano, estaba algo avergonzado, nunca había tenido ese tipo de atención de nadie, menos una chica. Tener novia era algo nuevo para él, pero definitivamente se podría acostumbrar al cariño y el cómo cuidaba de él, se sentía pleno y feliz, esperaba que aquello durara mucho tiempo.

—Vamos a comer, conozco un lugar — hye sostenía a sieun del antebrazo, no queriendo alejarse de él, vio como los dos chicos subieron a la moto.

—¿Qué hacen? Suban.

—Te dieron un golpe muy fuerte en la cabeza si crees que iremos cuatro en tu chatarra.

—Tenemos que ir a clases intensivas —dijo sieun observándola, preguntando con la mirada.

—Oh vamos, no seas frío con tus salvadores, ni siquiera nos dijiste gracias.

—Bien bien, los veremos allá —intervino hye, sabía que suho no dejaría de hacerse el lamentable, Sieun no replicó.

Suho dió una sonrisa de victoria —Ya sabes donde es.

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Atravesaron las puertas y hye se dirigió a la dueña saludando con confianza, de tanto que suho la obligaba a hacer su trabajo se llevaba bastante bien con ella.