𝒳𝒳𝒳𝐼𝒱- 𝓘𝓷𝓼𝓾𝓯𝓲𝓬𝓲𝓮𝓷𝓽𝓮-

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*Separador: Krista*

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*Separador: Krista*

No tengo la menor idea de cómo funciona el destino, o si siquiera existe. Pero todo esto era un maldito déjà vu, y no tenía nada de gracioso.

¿Qué cosa tan mala tuve que hacer en mi vida para que cada vez que tengo la maldita fortuna de estar junto al amor de mi vida, algo extremadamente peligroso amenace nuestra existencia?

Me quedé pensativa más tiempo del que debía, porque la Reina se aburrió del silencio. Carraspeando, tomó la palabra.

—Sé que todo esto es difícil de asimilar en este momento.

—No hables —Murmuré, queriendo que cerrara la boca y gracias a eso, recibí una mirada molesta de Adara.

Los celos me invadieron de una forma inusual. Ya no eran esos celos carnales o territoriales. Me dolía que hubiera elegido a alguien más para una misión tan importante.

—Escucha, conoces a Adara. Sabes bien que es capaz de unificar ambos seres y lograr calmar todo lo qu-

—Le dije que se callara, Reina —Interrumpí, más brusca de lo que pretendía.

Esta vez, el rostro de Dynthea mostró signos de molestia y asombro. Asintió y se levantó de su sitio.

—Las dejo solas.

—Lo siento, Thea... —Murmuró innecesariamente la chica a mi lado, haciendo que mis ojos rodaran en exasperación.

La Reina asintió ante la disculpa de la híbrida y salió de la oficina con paso elegante, dejándonos solas.

Sé que ella sabe que estoy molesta, y el hecho de que no intente suavizar las cosas me irritaba aún más.

—Maldita sea... —Decidí acabar con esta situación de una vez.

—Krista, sé que esto puede parecer aterrador —Giró su silla para acercarse más y acariciar mi cabello— Pero daré todo de mí para entender lo que me está pasando y solucionarlo de una vez por todas, aunque la distancia sea difícil.

—¿Qué distancia? —Procuré que mi voz se mantuviera baja, pero las ganas de gritar por aquello eran grandes.

—Bueno, como escuchaste, en esta forma no puedo estar cerca de nadie. Mucho menos de ti. Sabes bien lo mucho que me descontrolas. Somos peligrosas.

—¿Disculpa? —Mi voz sonó burlona por lo ridícula que me parecía aquella "solución"— Espero que no creas que voy a permitir que me alejes de nuevo.

—Y yo espero que entiendas que poco puedes hacer para evitarlo, hermosa.

Dejé que el asombro se reflejara en mis ojos y me aparté de su cercanía.

—Kris...

—¿Qué demonios te sucede, Adara? ¿Podrías al menos fingir que estar lejos de mí te afectó?

Infierno Escarlata (C.E 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora