Una Serpiente Domesticada

loco enamorado

                   Narra Cleo

Como si no fuera suficiente, escucho: 'el mafioso más grande de Rusia e Italia'. Mis ojos se abren, sorprendida.

—¿Qué? ¿Tú qué!?

Era mucha información para mi cerebro, y me comenzó a dar un ataque de ansiedad, haciendo que caminara de un lado para el otro.

Jackson se acerca a mí y me abraza de manera suave; él siempre me tocaba de forma muy delicada.

—Tranquila, sé que no es fácil de procesar, pero créeme que no estoy aquí por mi voluntad. Mi padre me obligó, como su único heredero.

Lo volteo a mirar y suspiro.

—Eso no cambia el hecho de que me secuestraste.

Él asiente.

—Lo sé, lo lamento.

—Cleo Zanin...

—¿Cómo sabes mi nombre?

—Te estuve mirando por unos cuantos días —dijo, haciendo que me asustara un poco.

—Eso es de psicópata —le respondí, seria.

Él sonríe y encoje los hombros.

—Cleo, sé que tu madre está hospitalizada.

Eso hizo que lo mirara fijamente y me alejara un poco.

—Métete conmigo, hazme lo que quieras... pero con mi mamá no te metas.

—No, no, Cleo, si tú te quedas conmigo, voy a pagar la operación de tu mamá.

Mi mirada se vuelve muy incrédula.

Jackson me acaricia la mejilla y me dice: 
—Te voy a dar hasta mañana para que lo pienses... cara mía.

Con eso, se dio la vuelta y se fue.

Me quedé pensando hasta que llegó un empleado y me dijo que lo siguiera. Lo seguí y me llevó a una habitación muy lujosa y bien arreglada. 

—Esta será su habitación, señorita —dijo. 

Asentí y me senté en la cama, pensando en todo lo que había pasado en unas pocas semanas. La verdad, no sabía qué hacer; tenía solamente dos opciones: quedarme con él o dejar que, posiblemente, mi madre muriera. Y la segunda, obviamente, no era una opción.

Nunca había tenido una buena relación con mi madre, pero tampoco iba a dejar que muriera la única familia que tenía y a quien más amaba, aparte de mi prima. Así que simplemente decidí elegir la primera y única opción que tenía.