Lan Qiren

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La noche era lluviosa y fría, era pleno invierno en Gusu y la mayoría de la gente estaba resguardada en sus hogares.

Pero aún así, se podía ver la figura de una doncella apoyada en el marco de una puerta, que daba paso a lo que parecía ser su residencia, una gran casa de dos pisos, lo que parecía Perfecto para una familia numerosa.

Pero la doncella estaba sola, su única compañía eran los vientos fríos, la nieve y su vientre abultado.

La luna iluminaba sus hermosos rasgos, su piel lisa brillaba blanca como un jade, sus ojos de un peculiar gris miraban a la nada, su mano sosteniendo la vida que crecía en su interior. Sus túnicas eran ligeras y sus pies descalzos se mantenían dentro del límite que evitaba la nieve.

La ropa algo desordenada y abultada dejaba a la vista uno de sus muslos, en el cual se podía ver un gran borrón de tinta negra.

— Lo odio, los odio a los dos, si me permito ser algo mezquina, quizás a los tres

Su vos era baja, sin hablarle a nadie, pero con la ligera esperanza de ser escuchada.

— XiongZhang es tonto, no me ayuda y está centrado en su propio dolor, no me enojaría tanto si no hubiera echo esto... y esa mujer, estuvo de acuerdo...supongo que no es su intención realmente, pero eso no significa que yo tenga que estar feliz por eso...

Las manos de la joven acunaban su vientre, sus ojos antes desorbitados, miraban con un amor incomprensible donde se posaban sus manos, una cinta con intrincados bordados de nube estaba enredada entre sus dedos.

— Desearía poder ser más fuerte, por ustedes dos... pero no lo soy, y jamás podré perdóname por eso... las amo muchísimo mis pequeñas bebes de Jade...

El silencioso sonido del viento en la noche se apoderó del lugar, la joven solo miró a la luna con deseos que murieron en su mente antes de sacar las manos de su lugar y proceder a atar la cinta Lan en su frente. Su compostura volvió y acomodó las batas sueltas, su mirada sin expresiones pareció congelar aún más la noche de invierno.

La puerta de la casa se cerró.

Lan Qiren se despertó.



•••

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— A-Niang, Wangji y yo esperamos que tu viaje sea agradable y sin preocupaciones

Lan Wangji y Lan Xichen se encontraban en las puertas del Receso de las Nubes, despidiendo a su madre por su viaje para la conferencia que habría en El reino Inmundo. En ella revelarían a otros líderes de secta la curiosa condición que ahora poseían.

— Mn, cuídense, Wangji, no pelees innecesariamente, habla con tu XiongZhang

— Mn

Accidentally Gusu Lan's Girls Donde viven las historias. Descúbrelo ahora