El comienzo y el fin del amor

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Siendo ya sábado al medio día, Adam termino de hacer sus tareas típicas del sábado, ordenar un poco su casa, ir a la lavandería y después a la tienda a comprar sus víveres, ahora era casi la una y el joven hombre estaba sentado en la misma banca de siempre de Central Park, viendo hacia la nada mientras esperaba

- ¡Adam! - Nigel llego a él casi corriendo - lamento la demora ¿llevas mucho esperando? -

Adam miró a Nigel, parecía agitado, sus mejillas estaban rojas y mechones de cabello rubio cenizo cubrían su frente, húmedos por el sudor, a Adam le molestaba mucho la impuntualidad, cada minuto perdido le generaba ansiedad y empezaba a molestarse, pero tratándose de Nigel, esa molestia  desapareció al verlo frente a él, ya no estaba enojado, estaba solo feliz de ver que llegó

- fueron dieciocho minutos con veinte segundos -

- y lo lamento tanto precioso, pero Mika tuvo un ataque de rabietas y ya sabes como es eso -

Le dijo sentándose a su lado para recuperar el aliento

- ¿él está bien? -

- si, es solo que se terminó su cereal favorito y eso lo puso de malas, comenzó a gritar y patalear...pero bueno, al final logramos convencerlo de que desayunara otra cosa -

Adam asintió, poniéndose en el lugar de Mikahil, a él le pasaba lo mismo con su comida preferida, si su plato no tenía brocoli, macarrones o pollo, se ponía muy de malas, ya no hacía rabietas como cuando era niño, pero todavía arrojaba cosas o respondía grosero, no podía evitarlo

- pobre Mikahil... pero aprovechando que iremos al supermercado, podríamos llevar unas cajas de cereal también para él -

- es una idea brillante, precioso -

Adam bajo la mirada algo sonrojado, todavía lo ponía nervioso escuchar esos halagos de parte de Nigel

- ¿nos vamos? Hoy tenemos mucho que hacer -

- si, por supuesto -

- espera... -

Adam miró a Nigel, quien de repente pareció más serio

- estas olvidando algo -

Adam miró a su alrededor, su billetera estaba en el pantalón, sus llaves, su teléfono, había salido sin bolsa o maletín, no le faltaba nada

- no lo creo Nigel, tengo todo -

- no, no lo creo, falta algo -

- ... -

- falta mi beso de saludo -

Adam miró a Nigel, quien por su sonrisa intuyo se trataba de una broma, Adam también quería intentarlo

- llegaste tarde, no mereces beso -

- dame al menos uno chiquito, lo merezco, vine corriendo desde la estación -

Adam pareció pensarlo por unos segundos y después se acercó para darle un pequeño beso en la comisura de los labios

- ¿solo eso? -

- dieciocho minutos con veinte segundos, Nigel -

- OK, entiendo...pero si para la próxima cita llego antes, voy a robarte todos los besos quebró quiera, advertido estas -

Adam sonrió al escuchar "proxima cita", todavía no creía que estaba saliendo con Nigel, esos besos no serían robados de ninguna forma, Adam se los daría con gusto

- bueno, veámonos que tenemos mucho que hacer-

Nigel se levantó de la mano seguido de Adam, sus manos estaban tomadas, con los dedos entrelazados

El origen de las estrellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora