PUM . El sonido resonó en la penumbra, un eco que parecía multiplicarse en las paredes. El silencio se quebró, y una sensación de pánico se apoderó de mí.
Sentí la presión en el aire. "¡Vamos!" gritó Italia, y todos nos lanzamos hacia la salida, el corazón palpitando con fuerza. La sensación de ser perseguidos era palpable; el miedo alimentaba nuestra carrera. A medida que nos adentrábamos en la oscuridad, mis pensamientos se dispersaban, pero había una cosa en la que podía concentrarme: la necesidad de sobrevivir.
"No te detengas", susurró Bolivia, su voz apenas audible, pero clara.
Al llegar a una puerta trasera, Italia empujó con todas sus fuerzas. "¡Salgán!" ordenó. Con un último vistazo hacia la oscura casa, cruza el umbral hacia la libertad.
Nos encontramos en un pequeño callejón. La brisa fría de la noche nos golpeó, y un escalofrío recorrió mi espalda. Pero en ese momento, era un recordatorio de que estábamos vivos. "¿Dónde vamos ahora?" Pregunté, alzando la vista a mis hermanos.
"A la plaza", dijo Italia, "ahí hay más opciones para escondernos".
Corriendo por las calles vacías, el eco de nuestras pisadas resonaba en el silencio. Cada sombra parecía un enemigo, cada esquina un posible refugio o trampa. Mi mente estaba a mil por hora, tratando de descifrar cómo habíamos llegado a esto. ¿Por qué la vida nos había llevado a este punto? ¿Acaso algún día tendríamos paz?
Llegamos a la plaza, iluminada tenuemente por faroles. A medida que tomábamos aliento, una voz familiar interrumpió nuestros pensamientos. "¿Qué hacen aquí?" Era el hermano de España, con una expresión de preocupación y determinación en su rostro. "¡Tienen que irse! ¡No hay tiempo!"
Sin tiempo que perder, nos apresuramos a seguirlo. Sabía que la vida estaba en juego y que cada segundo contaba. Mientras corríamos, una idea comenzaba a tomar forma en mi mente: ¿Podríamos cambiar el curso de nuestras vidas?
A medida que nos adentrábamos más en la plaza, nos llevó a un rincón menos iluminado. "Escuchen", comenzó, "hay un camino seguro hacia el puerto, pero debemos actuar rápido. No podemos permitir que nos atrapen".
"¿Qué hay de los demás?" preguntó Brasil, su voz temblando con una mezcla de miedo y determinación. "¿Y qué pasará con España?"
"Nos preocuparemos por eso después", respondió el hermano de España, mientras miraba hacia atrás, asegurándose de que nadie nos seguiría. "Lo más importante ahora es que todos estamos a salvo."
Así que, dejando atrás nuestros temores y dudas, nos unimos en una carrera frenética hacia el puerto. La brisa del mar nos recibió, un recordatorio de que había un mundo más allá de los muros que habíamos conocido. Pero al mismo tiempo, la realidad de nuestro destino comenzaba a asentarse: cada paso que dábamos nos acercaba más a una nueva vida, pero también a una serie de desafíos que no podíamos prever.
"¿Qué vamos a hacer una vez que lleguemos?" Pregunté, mi voz quebrándose ante la incertidumbre.
Italia, con la mirada fija en el horizonte, respondió con confianza: "Lucharemos por nuestra libertad. Este es solo el comienzo".
La noche estaba lejos de terminar, pero en ese instante, sentí que había un rayo de esperanza en medio de la oscuridad. ¿Podríamos realmente cambiar nuestro destino? La respuesta, en ese momento, era un misterio que estábamos decididos a resolver.
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El sol comenzó a asomarse en el horizonte, tiñendo el cielo de un naranja brillante. La plaza, que había estado llena de sombras y miedo, ahora se iluminaba con la promesa de un nuevo día. La brisa fresca traía consigo la fragancia del mar, un recordatorio de que aún había esperanza.
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El imperio español, al darse cuenta de la desaparición de Perú, Bolivia y Brasil, se movilizó rápidamente. En una reunión de emergencia, sus líderes decidieron enviar mensajeros a España para solicitar refuerzos. La tensión aumentó mientras se preparaban para investigar el paradero de los desaparecidos y asegurarse de que no hubiera más fugas entre sus filas. Cada minuto que pasaba era crucial; el tiempo se volvía en su contra, y la amenaza de perder el control aumentaba.
tambien los rumores llegaron a oidos extraños pero por motivos moyores no pudieron asistir
Imperio Español: "sabran de la desaparicion ya ay un causante Italia los llevados y ahora han desaparecido. Esto es inaceptable".
Representante de la URSS: "¿Qué clase de nuero es Italia que deja a su familia en la oscuridad? Necesitamos respuestas, y las necesitamos rápido."
Representante del Reino Unido: "Exactamente. Italia debería ser responsable de lo que ha hecho. ¿Qué estaba pensando en llevarse a tres de nuestros aliados?"
Líder del Imperio Español: "No solo es irresponsable, es una traición. Si lo descubrimos, tendrá que enfrentar las consecuencias. No podemos permitir que esto quede impune."
Representante de la URSS: "Si Italia está detrás de esto, necesitamos actuar antes de que su deslealtad se propague. ¿Qué pasa si esto es parte de un plan más grande?"
Representante del Reino Unido: "La estabilidad de nuestra región depende de esto. Italia debe ser detenida antes de que cause más estragos".
Líder del Imperio Español: "Voy a poner en marcha una investigación. Si encontramos pruebas contra Italia, lo que hará será insostenible."
Representante de la URSS: "De acuerdo. No podemos permitir que esto se convierta en una crisis que afecte nuestras alianzas.
Escena: Oficina del Reino Unido
Representante del Reino Unido: "Hemos reunido información sobre la situación. Italia ha llevado a Perú y Bolivia, y debemos actuar con rapidez".
Reino Unido: "Esto es inaceptable. Necesitamos un plan de acción inmediato. Puede retirarse
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Mañana continuo
Les invito a leer mi nuevo libro
5:51 AM
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Tarisqa kuyakuyta
RomanceSabia ue en algún momento esto sucederia. Pero no tan pronto Entoces para esto me educaron y enseñaron Pero no importa lo sucedido lo importante eskue esta es nuetra historia de amor