24. 28000 puñaladas

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Había pasado otra semana más, sólo les quedaban siete días para irse de Roma, seis para la dichosa gala.
Todo estaba saliendo a pedir de boca, y aunque habían llegado un par de problemas desde la sede de Madrid, estaba todo casi solucionado. Ese día tendrían la ultima reunión con Adidas sobre el proyecto, y podría ser la mayor preocupación de Juanjo... si Martin Urrutia no estuviera en su vida.

-Estoy jodido, Almu.- Dijo Juanjo cuando su amiga le abrió la puerta de su apartamento.

-Pero ¿qué te pasa? ¿Has recibido algún mail raro de tu equipo o algo? Si es grave hay que avisar a Martin, porque seguramente no lo sepa y...

-Martin, Martin es el problema.

Denna paró en seco, lo miró sin entender nada y lo arrastró al sofá.

-Vamos a ver... ¿Qué coño estás diciendo?

Juanjo no la miraba a los ojos, y eso hizo que Denna viajara unos años atrás, cuando el maño todavía no tenía la confianza que tenía ahora con ella, así que lo agarró de la mano y esperó a que su amigo empezara a hablar. Tras unos minutos, este por fin lo hizo.

-Que me gusta gusta, Almu...

-Pero Juanjo, cariño, eso es muy bonito.

-No, no lo es, porque yo a él no le gusto gusto. Pero es que hemos vivido tantas cosas juntos en las últimas semanas, y está siendo todo tan intenso que... madre mía, pero ¿dónde me he metido yo?

-¿Cómo que tantas cosas y tan intenso?

-¿Recuerdas el día que fuisteis a ver vestidos y nosotros dos teníamos que trabajar?- Denna asintió y Juanjo prosiguió -Pues no teníamos que trabajar, me llevó a ver Roma porque quería que me enamorara de la ciudad... ¿y si lo único que consiguió fue que me enamorara de él?

Al fin Juanjo levantó la mirada, directa hacia los ojos claros de su amiga, y empezó a contarle todo lo que había pasado.

En otro lugar de aquel resort...

-Como te dije, el chico al que estoy conociendo se llama Javi.

-¿Y qué tal va todo con él? Espero que bien.

-Es tan mono, Martin. Siempre me trae una flor fresca, todos los días. Y además Juanjo dice...

-¿Juanjo? ¿Juanjo Bona?

-Si, es que... tengo que contarte algo.- María guardó silencio, Martin no entendía nada.

-Venga, explícame que tiene que ver Bona en todo esto.

-Javi es... bueno, su apellido es Bona. Se llama Javier Bona y es...

-¿El niñato zalamero que estaba hace unas semanas en la oficina saludando a su hermano que justamente es mi diseñador creativo?

-Bueno, quizás yo no lo describiría así pero...

-María, por dios... y ¿cómo que Juanjo dice algo en esta historia? ¿Él sabía que te estabas liando con su hermano?

-Bueno, técnicamente aún no nos hemos liado...

-Es que me parece fatal, ¿por qué me lo estabais escondiendo? No tiene sentido.

-¿Puedes dejarme hablar?- le respondió su hermana alzando un poco la voz. Martin se quedó callado, a la espera de una explicación coherente y racional a toda esa tontería. -Genial... vamos a ver, Juanjo lo sabía porque tú le dijiste cómo se llamaba, y se lo confirmó Javi cuando lo llamó para amenazarlo con cortarle los huevos.

-Bueno, por lo menos ha hecho algo bien...

-No te pienso permitir que te metas con Juanjo, el pobre no te ha dicho nada porque yo se lo pedí, pero estaba muy preocupado, sobre todo porque eres su jefe, y te conoce lo suficiente como para saber que ibas a reaccionar mal.

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