Dos meses. Habían pasado dos largos meses desde que Sunghoon no le dirigía ni una palabra a Jake. Ni siquiera le lanzaba una mínima mirada, como si simplemente no existiera. Y aunque nunca habían sido los mejores amigos, siempre habían intercambiado algún saludo. Sunghoon solía decirle "buenos días" al cruzarse en el pasillo, y cada noche no faltaba el "que descanses" cuando pasaba frente a la puerta de Jake, creyendo que ya estaría dormido, para luego apagar la luz y cerrar la puerta suavemente.Pero ahora todo era diferente. Sunghoon no lo molestaba más con esos comentarios sarcásticos que tanto lo hacían rabiar. Ya no lo pinchaba con sus bromas sobre lo cachetón que se veía por comer tanto pan. Ni siquiera lo empujaba de manera juguetona en la entrada con la excusa de que no tenía suficiente espacio para pasar.
Sunghoon había desaparecido de su vida. Y ese vacío solo traía una pesada tristeza al corazón de Jake. Sabía que Sunghoon estaba molesto, lo entendía. ¿Cómo no estarlo? Había sido incómodo. "Es incómodo que alguien que ves como un hermano te bese, ¿no?" pensaba Jake mientras masticaba su cena sin apetito. Pero si Sunghoon estaba tan furioso, entonces ese beso no era lo único que había hecho mal.
Terminó su comida en silencio y se levantó de la mesa, anunciando con voz baja que se iba a descansar. Su padre asintió, y después de despedirse con un beso en la frente, Jake se giró antes de salir del comedor y miró a Sunghoon. Pero, como ya era costumbre, Sunghoon no le devolvió la mirada.
Con el ánimo por los suelos, subió las escaleras hacia su habitación, apenas prestando atención a su entorno. No fue hasta que chocó con algo - o más bien, con alguien - que despertó de su letargo.
—¡Maldito Heeseung! —bufó Jake, cayendo de espaldas.
—¡Pero si sabes que siempre estoy tirado por aquí! —se quejó Heeseung, levantándose con una sonrisa maliciosa.
—¡Y tú sabes que no te estoy prestando atención, así que podrías haberte movido! —Jake frunció el ceño, aunque no había verdadera rabia en su voz.
Heeseung lo ayudó a levantarse, aún riéndose. —Eres un llorón.
Jake no contestó, limitándose a arrastrar los pies hasta su habitación, seguido por Heeseung, quien entró sin pedir permiso.
—¿Parchís? —preguntó Jake, lanzándose en el sofá de la habitación.
—¿Otra vez? Ya jugamos eso ayer, Jaeyun. —respondió Heeseung, usando el nombre completo de Jake con tono burlón.
—Pues no juguemos nada, entonces. —dijo Jake, dejándose caer boca abajo en la cama con un suspiro.
Heeseung lo miró con una ceja levantada, claramente divertido. Sabía perfectamente por qué Jake estaba de mal humor. —¿Por qué no le preguntas a tu padrino qué le gusta? Quizás le regalas algo y se contenta.
—Es capaz de pedirme un revólver. —gruñó Jake.
—Lo básico para un criminal. —bromeó Heeseung, riendo.
Jake se sentó en la cama, frustrado. —No entiendo por qué está TAN furioso.
—Tal vez cuando lo besaste también lo mordiste. —Heeseung soltó la broma con una sonrisa ladina.
—No tiene gracia, Heeseung. No me gusta que me ignore. —confesó Jake, cruzando los brazos.
—No es como si te tratara mucho mejor cuando no lo hace. Creo que tenés un complejo de masoquismo. —Heeseung se estiró en el sofá, como si el tema no le afectara en lo más mínimo.
—¿Es cumplido? —preguntó Jake, mirándolo con desconfianza.
—Tómalo como quieras. —Heeseung se encogió de hombros, mirando el techo como si nada le importara.
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FATED - JakeHoon -
Fanfiction"Bound by blood, divided by fate" Jake, un omega de espíritu libre, es hijo de uno de los mafiosos más poderosos de Europa. Sunghoon, un alfa frío y calculador, está destinado a heredar el imperio criminal más temido de Asia. Cuando son obligados a...