Wuthering Waves | One Shots

Xiangli Yao

El laboratorio del instituto científico siempre estaba en silencio, interrumpido solo por el sonido de los teclados y unos ocasionales susurros de los demás. Las paredes, blancas y estériles, reflejaban la luz fría de las luces. Me gustaba el ambiente, el orden dentro del caos de las investigaciones, pero hoy mi mente no estaba centrada en la ecuación que se encontraba en mi pantalla.

Mi mirada se desvió por un segundo, como siempre ocurría cuando él estaba cerca. Al otro lado del laboratorio, Xiangli Yao estaba absorto en su trabajo, revisando gráficos en una tableta mientras ayudaba a algunos con una expresión concentrada y tranquila. Tenía esa aura suave que siempre me había fascinado, desde el primer día que lo vi en la clase.

Aun siendo uno de los mejores en la academia (sin exagerar), nunca alardeaba de sus logros. Siempre distante, pero no frío. Simplemente, había algo en su mirada que me hacía sentir pequeña pero curiosamente protegida al mismo tiempo.

Me obligué a volver a mi trabajo. Había un plazo que cumplir y ya me habían advertido que no toleraría más retrasos en mi investigación. Pero era difícil concentrarse con el chico de brazo robótico tan cerca. Cada pequeño movimiento que hacía, cada vez que pasaba por mi lugar de trabajo, hacía que mi corazón se acelerara.

De pronto, la voz baja y calmada de Xiangli Yao rompió el silencio. —¿Sigues atascada en esa investigación?

Me sobresalté. ¿En que momento se acercó tanto a mi? No lo sé, simplemente lo miré y por un segundo, me quedé en blanco. Sus ojos lilas se fijaron en los míos con una mezcla de curiosidad y seriedad.

—N-no, no exactamente... — intenté sonar convincente, pero la pantalla de mi ordenador mostraba estar incompleta desde hacía veinte minutos. Sus labios se curvaron en una sonrisa apenas visible, pero suficiente para hacerme sentir que me había descubierto.

—Déjame ver — dijo suavemente, inclinándose sobre mi escritorio. Su cercanía me hizo contener la respiración. Xiangli revisó los datos en mi pantalla, sus dedos deslizando el ratón con rapidez y precisión. —Aquí está el error — señaló con calma, su dedo marcando una línea en el código. —Había una información de los Ecos que estaba mal, pero ya está.

Me acerqué un poco más para ver mejor, pero pronto me di cuenta de que estaba tan cerca de él que podía sentir el calor de su cuerpo. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho y mis mejillas se calentaban rápidamente por su presencia.

—Ah... claro, debí haberlo visto antes... — susurré, avergonzada por no haber notado algo tan básico.

— Es fácil perderse cuando estás bajo presión — comentó enderezándose. Al hacerlo, nuestras miradas se cruzaron, y sus ojos me estudiaron con una intensidad tranquila. — No deberías ser tan dura contigo misma.

Mis mejillas se calentaron nuevamente ante sus palabras, pero antes de que pudiera responder, él se alejó con la misma calma con la que había llegado, volviendo a su propio proyecto. Sentí un vacío en el aire donde había estado de pie, y aunque su consejo era práctico, sus palabras seguían dando vueltas en mi cabeza.

No era común que Xiangli hablara tanto, ni que se acercara a los demás a menos que fuera necesario. Me pregunté si había notado cuántas veces mis ojos la seguían a través de la sala, y si eso era lo que lo había llevado a mí.

—Tal vez...— pensé, retomando mi trabajo con una nueva energía. Quizás Xiangli Yao no era tan distante como parecía. O tal vez, por alguna razón inexplicable, había decidido acercarse más... solo a mí.

Tal vez me estaba creando escenarios yo sola, pero preferiría ilusionarme yo sola.