seis

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SEISnervous

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SEIS
nervous

—  Por favor Bakugo...

Sus ojos se encuentran con los míos y la preocupación en su rostro me desarma. El no decía nada pero apoyo su brazo en mis hombros ayudándome a entrar en mi casa, podía notar su olor a través de la ropa, huele a tranquilidad. Estoy a salvo, él se separa y sostiene mi cabeza analizándome.

— ¿Estás bien? — Asentí débilmente, sus dedos pasan por mis brazos revisando mis hematomas y los cortes. — ¿Que te han hecho Tara?

— No quiero hablar. — Susurre sin mirarle.

Katsuki no me presiona pero sigue mirando sin parar las heridas de mi cuerpo. — Deberías limpiarte, se van a acabar infectando.

— Lo sé. — Murmuró sin saber que más decir.

El silencio entre nosotros no es incómodo, es solo silencio, jamás imaginé una situación así con Bakugo presente.

Es al lado del chico que me rompió el corazón cuando era pequeña donde me siento a salvo, soy tan tonta.

Seguía sentada en el borde del sofá de mi salón cuando sentí su mano agarrando mi brazo, mirándolo con el ceño fruncido.

— No los mires más. — Dije colocando estos detrás de mi espalda, me daba mucha vergüenza que me viese así.

— No seas estupida. — Murmuró, las manos de Katsuki agarraron mi cintura colocándome frente a él y con mucho cuidado agarró mis brazos, pasando delicadamente sus dedos por cada herida. — Hay que limpiar esto Tara.

— De acuerdo. — Levante mi mirada conectándola con la suya, es tan raro todo esto. — ¿Que necesitas?

— ¿Tienes botiquín? — Asentí con mi cabeza guiándole hasta el baño de mi casa, el me sentó al borde de la bañera mientras buscaba que echarme.

Una vez tuvo todo listo agarró el pequeño taburete de mi baño para sentarse frente a mí, tenía vendas y desinfectantes en sus manos pero no decía ni hacía nada, parecía estar debatiendo que decirme.

— Voy a necesitar que te quites la camiseta. — Sentí mi corazón acelerarse al escucharle decir eso.

— ¿Que? — Susurre casi sin voz, mis mejillas debían estar ardiendo.

— No puedo curarte las heridas de la espalda con ella puesta. — Asentí con duda y junté mis manos nerviosamente, cosa que no pasó desapercibida por Katsuki. — Prometo no mirarte, puedes estar de espaldas mientras hago todo.

Tragué grueso mientras agarraba los bordes de mi camiseta y me daba la vuelta. — ¿No te vas a reír de mí verdad? — Susurre recibiendo un casi insonoro "no" como respuesta.

Después de escuchar la respuesta del rubio levante del todo mi camiseta quitando esta y pude sentir como las primeras gotas de alcohol caían sobre mi piel haciéndome arquear mi espalda por el dolor.

𝐕𝐎𝐈𝐃: Kᴀᴛsᴜᴋɪ Bᴀᴋᴜɢᴏ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora