Sombras en el Corazón (Shinomitsu)

La Última Esperanza

El amanecer comienza a vislumbrarse en el horizonte, una luz tenue pero cargada de esperanza. La batalla contra Muzan sigue su curso, y los cazadores de demonios, aunque heridos y exhaustos, continúan luchando con todo lo que les queda. Nezuko, quien es ahora la clave para derrotar a Muzan, se mantiene en pie, protegida por sus compañeros. Los latidos de los corazones de los Pilares resuenan con determinación, mientras la tensión aumenta en el aire.

Muzan (furioso, sus ojos llenos de odio mientras observa a Nezuko): —¡No voy a permitir que sobrevivas! ¡Tu existencia me amenaza, Nezuko!

Nezuko (en silencio, sus ojos brillando con determinación, observando a su hermano y a los cazadores luchando por su causa).

Tanjiro (mirando desesperadamente el cielo, esperando que el sol salga más rápido): —¡Resistan un poco más! ¡El amanecer está cerca! ¡No podemos rendirnos ahora!

Rengoku (cargando hacia Muzan con su katana envuelta en llamas, gritando con fuerza): —¡Por el futuro, por aquellos que ya no están! ¡Este es el momento de acabar con él!

(Rengoku lanza un corte directo hacia Muzan, pero este lo esquiva con facilidad y contraataca con un golpe devastador que lanza a Rengoku al suelo. Himejima corre en su ayuda, bloqueando el siguiente ataque de Muzan con su maza gigante.)

Himejima (gritando mientras empuja a Muzan con todas sus fuerzas): —¡Todos, concentren sus ataques ahora! ¡No tenemos tiempo que perder!

Shinobu (apareciendo detrás de Muzan, liberando una nueva dosis de veneno con su katana): —¡Este es el momento, Muzan! ¡No podrás escapar de esto!

Muzan (mirando a Shinobu con desprecio): —¿Veneno otra vez? No aprenden, ¿verdad? ¡Soy inmortal!

(Muzan rápidamente regenera el daño causado por Shinobu, pero su movimiento se ve más lento de lo usual. El veneno está comenzando a surtir efecto, debilitándolo aunque sea un poco. Kanao aparece justo a tiempo para atacar nuevamente, cortando otro de los brazos de Muzan.)

Kanao (jadeando, con su espada lista para otro ataque): —¡No podemos detenernos! ¡Sigan atacando!

(Mientras la batalla continúa, la luz del sol se intensifica gradualmente. El brillo dorado del amanecer comienza a bañar la escena, haciendo que Muzan retroceda ligeramente. Los cazadores se dan cuenta de que es ahora o nunca.)

Uzui (gritando a todos desde la distancia): —¡La luz del sol está llegando! ¡Manténganlo en su lugar hasta que no pueda escapar!

Muzan (gritando de rabia mientras la luz del sol empieza a quemar su piel): —¡No, malditos cazadores! ¡No me detendrán! ¡Soy el ser supremo!

(En ese momento, Tanjiro recuerda la lección de su padre sobre la Danza del Dios del Fuego. Con un último esfuerzo, decide unir todas sus fuerzas y lanzarse al ataque. Nezuko, sabiendo lo que su hermano planea hacer, se une a él.)

Tanjiro (gritando con todo el poder que le queda): —¡Esta es nuestra oportunidad! ¡Nezuko, hagámoslo juntos!

(Tanjiro usa la técnica más poderosa de la Danza del Dios del Fuego, combinada con la Respiración del Sol, creando un ataque devastador que se dirige directamente hacia Muzan. Nezuko, con su resistencia al sol, se mueve a su lado, apoyando a su hermano.)

Tanjiro (gritando con fuerza mientras su espada brilla con la luz del sol): —¡Este es el fin, Muzan!

(El ataque de Tanjiro impacta a Muzan con toda su fuerza, y la luz del amanecer termina por envolver al rey de los demonios. La piel de Muzan comienza a desintegrarse bajo la intensidad del sol, mientras su cuerpo se sacude en un último intento desesperado de sobrevivir.)

Muzan (gritando en agonía mientras su cuerpo se desintegra): —¡No! ¡Esto no puede estar pasando! ¡Soy inmortal! ¡Soy invencible!

(Los cazadores observan con asombro mientras Muzan, finalmente, empieza a desaparecer por completo. La luz del sol lo consume por completo, y con un último grito de furia, Muzan Kibutsuji desaparece de la existencia.)

Shinobu (cayendo de rodillas, exhausta, mientras ve el fin de la batalla): —... Lo logramos.

Tanjiro (sosteniendo a Nezuko, ambos respirando con dificultad): —Muzan... está derrotado. Finalmente... el mundo es libre.

(El castillo infinito se desmorona por completo, y los cazadores se encuentran en los escombros, iluminados por la luz del amanecer. La batalla ha terminado, pero las heridas que deja son profundas. Sin embargo, la victoria es real. El sacrificio de todos ha valido la pena, y la humanidad ha sido liberada de la sombra del rey de los demonios.)

Rengoku (con una sonrisa orgullosa, mirando a sus compañeros): —Este es el amanecer por el que tanto luchamos. Es nuestro futuro.

(La batalla final contra muzan)