Sombras en el Corazón (Shinomitsu)

La Redención de Mitsuri

Tras la derrota de Muzan y la destrucción del castillo infinito, la paz empieza a regresar al mundo. Sin embargo, aún queda una herida abierta para Shinobu y Kanao: Mitsuri, quien había sido convertida en demonio, sigue viviendo como tal, luchando contra su nueva naturaleza. Mientras las heridas físicas empiezan a sanar, Shinobu no puede descansar hasta encontrar una forma de salvar a Mitsuri.

Shinobu (corriendo por los pasillos del cuartel con un frasco en las manos, su respiración acelerada pero decidida): —Tamayo... confío en que este sea el antídoto que pueda salvarla... Mitsuri, no puedo perderte.

(Shinobu llega a la habitación donde Mitsuri está encadenada, para evitar que se haga daño o ataque a otros cazadores. La ex-Pilar del Amor, ahora con ojos rojos y colmillos afilados, lucha internamente con su sed de sangre, aunque sus lágrimas caen silenciosas al recordar su vida pasada.)

Mitsuri (susurrando con dolor, viendo a Shinobu entrar en la habitación): —Shinobu... lo siento tanto. No puedo controlarlo, pero no quiero lastimarte... no quiero ser un monstruo.

Shinobu (con los ojos brillando de emoción, sosteniendo el frasco del antídoto): —Mitsuri, he encontrado la cura. Tamayo trabajó sin descanso, y este es el antídoto. Podrás volver a ser humana.

(Shinobu se acerca a Mitsuri y se arrodilla frente a ella, acercando el frasco a sus labios. Mitsuri mira el antídoto con una mezcla de esperanza y miedo.)

Mitsuri (con la voz temblorosa): —¿De verdad podré volver a ser yo misma? ¿Podré... estar contigo, sin querer hacerte daño?

Shinobu (sonriendo suavemente, acariciando el rostro de Mitsuri): —Sí, mi amor. Volverás a ser tú misma, y yo estaré aquí contigo, siempre.

(Mitsuri, confiando en Shinobu, toma el antídoto. Lo bebe lentamente, mientras Shinobu la observa atentamente. El cuerpo de Mitsuri comienza a temblar, su piel cambia de color, y un dolor intenso la recorre por completo. Shinobu, con el corazón en la garganta, sostiene la mano de Mitsuri mientras esta lucha por mantenerse consciente.)

Mitsuri (gimiendo de dolor, aferrándose a la mano de Shinobu): —¡Shinobu! ¡Duele... tanto...!

Shinobu (con lágrimas en los ojos, pero firme): —Aguanta, Mitsuri. Solo un poco más. Esto terminará pronto... tienes que ser fuerte.

(El cuerpo de Mitsuri sigue sufriendo las consecuencias del antídoto, pero poco a poco, sus colmillos comienzan a desaparecer, y sus ojos vuelven a su color natural. Después de lo que parecen horas, el dolor comienza a desvanecerse, y Mitsuri cae inconsciente en los brazos de Shinobu.)

Shinobu (susurrando mientras la sostiene): —Lo lograste, Mitsuri. Eres humana otra vez.

(Horas después, Mitsuri despierta en una cama, con su cuerpo débil pero ya humano. Abre lentamente los ojos y ve a Shinobu sentada a su lado, su rostro aliviado y sonriente.)

Mitsuri (susurrando, tocando su propio rostro, sorprendida): —¿Soy... humana? ¿De verdad?

Shinobu (con una sonrisa cálida): —Sí, Mitsuri. Has vuelto. Ya no eres un demonio.

(Mitsuri, con lágrimas en los ojos, abraza a Shinobu con todas sus fuerzas. El peso de la oscuridad que la había envuelto finalmente ha desaparecido, y la luz de su humanidad brilla de nuevo.)

Mitsuri (llorando de felicidad): —¡Gracias, Shinobu! No puedo creer que finalmente... haya terminado. Puedo sentirme viva otra vez... ¡gracias por no rendirte conmigo!

Shinobu (acariciando su cabello, sonriendo con ternura): —Siempre estaré contigo, Mitsuri. Nunca volverás a estar sola.

(Las dos se abrazan mientras la luz del amanecer entra por la ventana, marcando el comienzo de una nueva vida para ambas. El futuro parece mucho más brillante ahora que Mitsuri ha vuelto a ser humana, y juntas enfrentan un mundo libre de la oscuridad de los demonios.)