La entrada

19 3 0
                                    

Nunca he conocido el infierno, no me ha hecho falta, sé que existe, sé que en el momento menos oportuno aparece de una forma u otra. No creo en el cielo ni en el infierno, para mí, el infierno es la tierra, es este lugar lleno de caras frustradas, vidas arruinadas, ventas infantiles, y otras muchas cosas que... son difíciles de discernir. Llegué hace tres años, a california los ángeles, el lugar de las estrellas, y como se espero de mi, me convertí en una, una cuya fama era indestructible, mis fans me aman y yo a ellos, lo confieso. He hecho todo tipo de películas, terror, drama, históricas, thrillers, ciencia ficción, y también reales, crueles, de esas que hasta dudas de que estén basadas en hechos reales. Me costaba el idioma, pero eso, no me paró los pies, una y otra vez luché contra corriente, demostré y trabajé por ser mejor, y, lo conseguí.

Ahora, en este momento he paralizado todo, mi vida sea estancado, y mis propósitos han cambiado, la policía lleva semanas hablando conmigo, haciéndome preguntas de las cuales, nunca tengo respuesta, ellos, lo saben. Siempre me mantengo firme, porque lo único que quiero es encontrarla. Han pasado tres meses desde que sucedió, debíamos grabar pequeñas tomas para mi nueva película. Como siempre junto con algunos otros actores, había llegado la primera, y por ello, me mantenía en la sala de maquillaje, eso, conllevaba a horas, como mínimo dos; primero iban los colmillos, los cuales debían ser pegados meticulosamente, luego, iba la peluca la cual era blanca como la nieve ya que se suponía, que esto mostraba más belleza, para terminar me maquillaban un poco la piel, me pintaban pequeñas venas y las lentillas amarillas. Los últimos retoques iban con la ropa, ropa que había hecho mi padre, el cuales debían de ser camarero en Madrid, había acabado en Estados Unidos trabajando para su hija. Aunque admito que, para el, era fácil, me conoce bien, por lo cual entre que es un artista y sus conocimientos sabía a la perfección cómo hacer mis armaduras y atuendos. Lo cual, agradezco.

Como he dicho, varias escenas serían grabadas hoy, dos de octubre del 2025, varias escenas que acontecerían en algo increíble cuyos efectos especiales serían prácticamente inexistentes, ya que por mi parte, me gusta más el realismo.

Una vez estuvo todo preparado, llegaba el momento, los nervios a flor de piel porque siempre, es algo nuevo, uno no se acostumbra a las cámaras, ni a los diálogos, ni a tener que hacer cosas que quizás, no gusten demasiado. Peor este, es el mundo de la actuación y como todo trabajo, tiene cosas buenas y... cosas malas.

Tras varias horas en las que, en escena, los otros actores y yo dimos lo mejor de nosotros, debía entrar ella, la bruja, debía entrar en escena y sacarme del conflicto de la guerra con sus poderes, por un momento, el nerviosismo, se convirtió en miedo porque, gire mi rostro en busca de su presencia y, tanto los cámaras como los maquilladoras, negaron, ella, no estaba en el set, y era de esas personas, que nunca llegan tarde. Hubo un silencio, un silencio lleno de preocupación, los otros actores y yo nos quedamos completamente quietos, como si algo nos hubiese atrapado, no podíamos movernos, solo podíamos pensar.

Desde ese momento, ese momento en el que el silencio se introdujo en el set, y las puertas se abrieron como en una película, tan lentamente, lo supe, a ella le había pasado algo, algo muy malo.

—Empecemos por el principio, hoy tenía que venir, llevan desde las 06:30 de la mañana, y los primeros en el lugar han sido ustedes. ¿No la han visto?

—No.

La insistencia de la policía me hacía pensar en dos cosas, primero, no la estaban buscando como debían y segundo, nunca dudaría de mi equipo, en el hay personas de buen corazón que nos cuidan a todos, jamás la harían daño, pero... ¿y si? Por celos, o por...

—Seguiremos tomándoles declaración.

—¿Que ha pasado?

El policía sonrío como si fuese noticia en todas partes y nosotros, sumergidos en el trabajo no nos hubiésemos enterado de nada. Tenían razón, llevábamos ocho horas sin descansar, apenas habíamos tocado los móviles o la televisión, de hecho, apenas habíamos tenido ni cinco minutos de tranquilidad, y el pequeño descanso de diez minutos, había sido para comer.

Cuando comemos solemos ensayar, o hablar, algunos se ponen música pero, por norma general están atentos los unos de los otros.

—Colin ha puesto una denuncia, su novia lleva sin ir a casa desde ayer, pensamos que alguien la secuestro al salir del set.

Y en este punto, mi mundo se derrumbó.

CUERDASWhere stories live. Discover now