Capítulo 17

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Atsushi llevaba media botella de vino, Haru cuidaba de él mientras el joven perloso seguía llorando y desahogándose de sus penas, ¿motivo? ¿razón? Ninguna. Haru era un completo extraño que no podía juzgar ni hablar, solo escuchar y eso dejo al menor explayarse más en sus sentimientos. - ¿y es que sabes qué más?

- ¿Qué?

- Me dolían mis deditos, el agua siempre era fría así que me dolían mucho mis deditos, pasaba días sin poder pintar, y ni siquiera me ha pagado un día de manicura – decía llorando – tiene dinero y tengo más dinero que él, pero ¿Qué importa eso si no puede ni cuidarme?

- Es un descaro

- Totalmente descarado – dijo quejándose

Haru tomo las manos de Atsushi y este le miro confundido – tienes manos bonitas a pesar de todo

- ¿tú crees?

- Si, usas las uñas cortas

- Es por que si no la pintura se queda entre las uñas y es molesto limpiarlas

- ¿y si hubiera alguien que las limpiará por ti?

- Las dejaría crecer un poco más

- Entonces si te gustan largas

- Si, un poco

Haru acaricio la cabeza del menor y este sonrió un poco – entiendo que estas desahogándote, pero ya tienes los ojos muy rojos, mañana te costará ver – Atsushi lo miro y volvió a llorar. Haru lo sostuvo en su hombro y palmeo – eres un gran chico Atsushi

Akutagawa había estado todo el tiempo escondido en los arbustos, limpiaba sus lágrimas al escuchar así a su esposo, pero sabía que si interrumpía no podía saber todo lo mal que hacía, necesitaba quedarse escondido y escuchar de un extraño.

Chuuya y Shirase habían regresado, entonces vio llorando a Atsushi – pequeño ¿Qué pasa?

- Nada, solo estuve dejando salir cosas – menciono – quiero otro vino

- No, ya no bebas tanto, ¿Qué me dirá tu esposo si se entera que te emborrachaste?

- ¿Qué te va a decir? Nada, no le importo

- Atsushi, entiendo que estas molesto por actitudes de tu esposo, pero al final del día, lo elegiste a él ¿no es así? – dijo Haru – creo que necesitas relajarte un poco, ir a dormir

- Si, de hecho, si quiero ir a dormir – menciono Atsushi

- Vamos a casa – añadió Chuuya – llevemos la cena para la casa y dejemos a Atsushi descansar

- Gracias Chuuya

- Yo conduciré – menciono Shirase – Haru, lleva a Atsushi

- Claro

Haru había tomado a Atsushi en sus brazos, esto lo sonrojo por completo - ¿ocurre algo?

- No, yo, nada, nunca me habían cargado así – menciono

- Me alegra darte nuevas experiencias, apóyate en mi pecho, te marearas

- S-si

Llevaron a los chicos a su cabaña, una vez allí, Atsushi se comió dos rebanadas y Chuuya lo llevo a la cama, los chicos se retiraron y claro, a la mañana siguiente, Atsushi tenía una terrible resaca – los odio – se quejo

- Atsushi – le llamo Chuuya desde el otro lado de la puerta – tenemos cita en hora y media

- Si, ya sé – se quejó.

Mi marido necesita un castigo || BSD AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora