Ivan Archivaldo.

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Guadalajara 📍Octubre, 20247:56 pmBajo Fuego y Celos😤❤️‍🔥🎊

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Guadalajara 📍
Octubre, 2024
7:56 pm
Bajo Fuego y Celos
😤❤️‍🔥🎊

La ciudad de Guadalajara brillaba esa noche. Luces, música y celebridades llenaban un lujoso evento de moda donde las cámaras no dejaban de disparar flashes. Gabriela, una de las modelos más famosas del momento, caminaba por la alfombra roja con esa elegancia que la hacía destacar en cualquier lugar. Era la novia de Iván Archivaldo Salazar, conocido como "El Chapito", pero su belleza y éxito habían atraído miradas de muchos hombres en la industria. Y eso, a Iván no le gustaba nada.

Iván no estaba presente en el evento. Tenía cosas que resolver en Culiacán, donde el negocio siempre lo llamaba. Pero eso no significaba que no supiera lo que estaba pasando. Gabriela estaba rodeada de miradas que no eran precisamente profesionales. Eran admiradores, hombres que no perdían oportunidad de lanzarle comentarios coquetos cada vez que tenían la chance.

Esa noche, mientras Gabriela sonreía a las cámaras y saludaba a los asistentes, Iván recibía fotos y mensajes en su teléfono, la mayoría de ellos de amigos y personas cercanas que le comentaban sobre los hombres que se acercaban a su novia en el evento. Cada foto que veía lo llenaba de rabia. Sabía que Gabriela era hermosa y famosa, pero ver cómo los hombres la rodeaban y coqueteaban con ella, como si él no existiera, lo volvía loco.

El teléfono de Iván vibró otra vez, y esta vez era un video. Uno de los asistentes al evento le había enviado una grabación de Gabriela hablando con un famoso actor. El tipo estaba demasiado cerca para su gusto, y las risas que compartían lo hicieron apretar la mandíbula. Sabía que Gabriela lo amaba, pero los celos comenzaron a arder en su pecho.

—¿Quién se cree ese pendejo? —murmuró Iván, lanzando el teléfono sobre la mesa con furia.

Uno de sus hombres entró en la sala donde estaba Iván, notando de inmediato la tensión en el ambiente.

—Todo bien, jefe? —preguntó con cautela.

—No, nada está bien —respondió Iván, poniéndose de pie y comenzando a caminar de un lado a otro, como un león enjaulado—. Gabriela está rodeada de idiotas que creen que pueden acercarse a ella como si no supieran quién soy.

Su hombre asintió, sabiendo que cuando Iván se enojaba, las cosas podían ponerse feas.

—¿Quieres que haga algo al respecto?

Iván lo pensó por un momento, pero sacudió la cabeza. No era del tipo que mandaba a alguien más a resolver sus problemas personales. Este era un asunto que debía manejar él mismo.

—Voy a ir yo. Quiero dejarle claro a todos quién es Gabriela y con quién está —dijo Iván, tomando su chaqueta de cuero—. Nadie juega conmigo.

Mientras tanto, en el evento, Gabriela seguía sonriendo a las cámaras y charlando con los invitados. A pesar de las atenciones de los hombres que la rodeaban, su mente estaba en Iván. Sabía que él no era del tipo que toleraba ese tipo de situaciones fácilmente. Lo conocía bien. Sabía que los celos siempre estaban presentes cuando otros hombres la miraban o se acercaban demasiado. Y aunque a veces le divertía la manera en que Iván se ponía protector, también le preocupaba su temperamento.

Justo cuando estaba por retirarse a la sección VIP para tomar un descanso, una voz que conocía demasiado bien la detuvo.

—¿Estás disfrutando la atención?

Gabriela se dio la vuelta de inmediato, y allí estaba Iván, con la mandíbula tensa y los ojos oscuros llenos de furia contenida. No esperaba que él llegara al evento, pero verlo allí, tan repentinamente, la tomó por sorpresa.

—Iván, ¿qué haces aquí? —preguntó, tratando de mantener la calma.

—Vine a ver cómo te la estás pasando rodeada de esos cabrones —respondió él, su tono cortante—. ¿Y qué tal? ¿Te divierte que te coqueteen?

Gabriela frunció el ceño. Sabía que estaba molesto, pero no iba a dejar que los celos arruinaran la noche.

—No me están coqueteando, Iván. Estoy trabajando. Esto es parte del evento, no es lo que tú piensas.

Iván dio un paso más cerca, sus ojos clavados en los de ella.

—¿Ah, no? ¿Y qué es entonces? Porque vi los videos. Vi cómo ese actor de segunda te hablaba como si estuviera tratando de conquistarte. ¿Te gusta la atención de otros hombres? ¿Es eso lo que pasa?

Gabriela soltó un suspiro, sabiendo que las cosas podían ponerse feas si no manejaba la situación con cuidado. Amaba a Iván, pero también sabía que cuando los celos lo dominaban, no pensaba con claridad.

—Iván, por favor, no hagas esto aquí. No tiene sentido. Sabes que te amo, y solo estoy aquí por trabajo. Si hubiera algo que ocultar, no estaría aquí frente a miles de cámaras, ¿cierto?

Pero Iván no parecía convencido. La furia y el deseo de proteger lo que era suyo ardían en sus ojos. No podía soportar la idea de que otros hombres siquiera pensaran que tenían una oportunidad con Gabriela.

—No me importa quién esté mirando, Gabriela —dijo, su voz baja pero cargada de intensidad—. Lo que me importa es que nadie más se acerque a ti como si yo no existiera. Eres mía, y no voy a dejar que ningún imbécil te trate de otra manera.

Antes de que Gabriela pudiera responder, Iván la tomó de la cintura y la acercó hacia él, sus labios encontrándose en un beso cargado de posesión y deseo. El beso no era solo de amor, era una declaración, un recordatorio para ella y para todos los presentes de quién era ella y a quién pertenecía.

Cuando se separaron, Gabriela lo miró con una mezcla de sorpresa y frustración.

—¿Tenías que hacer eso aquí? —preguntó, aunque en el fondo no podía negar que el gesto de Iván, aunque impulsivo, le provocaba algo que solo él podía lograr.

—Sí —respondió Iván, sin rastro de duda en su voz—. Tenía que asegurarme de que todos lo supieran. Eres mía, Gabriela. Y nadie, absolutamente nadie, tiene el derecho de acercarse a ti de esa manera.

Gabriela no pudo evitar sonreír ligeramente, sabiendo que por más celoso y protector que fuera, Iván siempre la hacía sentir deseada, importante, como si fuera el centro de su mundo.

—Está bien, chapito —dijo ella, usando el apodo que a veces lo hacía sonreír—. Pero recuerda, no necesito que me protejas todo el tiempo. Sé a quién pertenezco, y siempre lo sabré.

Iván la miró durante un largo momento, su furia disipándose lentamente.

—Lo sé —dijo finalmente, sus ojos suavizándose—. Solo a veces me olvido de que no necesito pelear por lo que ya es mío.

Gabriela lo abrazó, sintiendo cómo su corazón volvía a latir más lento. Sabía que su relación con Iván siempre sería intensa, llena de momentos de celos y pasión, pero también sabía que era eso lo que hacía que su amor fuera tan poderoso.

Y esa noche, mientras las luces del evento seguían brillando y los flashes continuaban, Iván y Gabriela supieron que, aunque el mundo los mirara, solo importaba lo que compartían entre ellos.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ━ CT, CH, TOYS Y MZ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora