Mafioso / NanaGo (OS)

Parte única

Nanami era el mafioso más poderoso del país, todos lo sabían y nadie se atrevia a meterse con él, ya que era imposible salir ileso. Todos creían que no tiene debilidades.

Por supuesto que la tiene, existe algo que lo hace vulnerable: su adorado esposo, Gojo Satoru, a quien protegía con su vida. Satoru era su otra mitad, el amor que siempre había anhelado, lo reconoció desde el primer momento en que se topó con esos hermosos y brillantes ojos azules del chico. Hizo hasta lo imposible para conquistar a aquel albino y llevarlo a vivir con él. Satoru era lo más preciado que tenía, y por eso optó por mantener su relación en la más estricta privacidad; su boda fue una ceremonia íntima, solo ellos reafirmando su amor, considerado por él como el día más especial de su vida, si se lo preguntan.

Por otra parte, Satoru ama incondicionalmente a su esposo; para él, Kento era el hombre más extraordinario que pudo conocer. No le preocupaba la ocupación de su pareja, ya que su amor por él prevalecía a pesar de cualquier circunstancia. Estaba profundamente agradecido por haber encontrado a Nanami, quien se convirtió en su salvación y fue la única persona que estuvo a su lado cuando no contaba con nada. Su familia era un desastre, y no dudó ni un instante en escapar cuando su compañero le sugirió hacerlo. Dos años después, se casó con Kento, siempre recuerda con cariño las palabras que se dedicaron en aquella playa.

(Flash back)

—Por ti pecaría mil veces sin dudarlo, sin importar el costo. No me preocupa cuántas veces deba ensuciarme las manos para protegerte; no permitiré jamás que alguien te hiera—declaraba el rubio, mientras miraba con intensidad a su pareja—Estoy consciente de que no ha sido sencillo tener una vida a mi lado, pero tengo la certeza de que nadie te amará y te cuidará tanto como yo lo hago. Haría un pacto con el diablo solo para estar a tu lado en esta vida y en cualquier otra, porque te amo.

—Eres un tonto, tus promesas son mucho más hermosas que las mías. Quiero que sepas que para mí eres el hombre más maravilloso y considerado que podría conocer, nunca he pensado, ni por un instante, que estar contigo sea complicado—decía Satoru, incapaz de contener las lagrimas—Gracias a ti descubrí lo que es el amor, ten la seguridad de que siempre te seguiré a donde vayas; estaré contigo en cada instante, sin importar el peligro,  Sin dudar, siempre te elegiré a ti. Te amo, Kento.

—¿Sabes una cosa?-inquirió el de ojos marrones, mientras rodeaba la cintura del albino y lo acercaba hacia sí.

Satrou sonrió ante la habitual pregunta de su ahora esposo y, aunque conocía la respuesta de memoria, simplemente negó con la cabeza.

—Que yo te te quiero, que sin ti me muero—tarareó mientras se acercaba a los labios de su pareja.

Dichas estas palabras ambos se fundieron en un beso suave y apasionado, en el cuál intentaban transmitir todo su amor y cariño.

(Fin del Flash back)

Satoru volvió a la realidad al percibir unos robustos brazos rodeando su cintura.

—¿En qué estás pensando, Cariño?—preguntó el rubio, mientras depositaba suaves besos en el cuello de su esposo.

—Solo recordaba algunas cosas—contestó el albino, volteándose para besar a su pareja—Pero ahora deberás dejarme marchar porque tengo que hacer unas compras.

—¿A quién llevarás contigo?—Nanami conocía de sobra que Satoru tenía sus favoritos entre los guardaespaldas que le había conseguido.

—Itadori, Megumi, Yuta—enumeró el de ojos azules, mientras recogía sus cosas para marcharse—y también estará ese chico, el remplazo de Ijichi.

—Se llama Kokichi, sé que no te cae bien y que no estará mucho tiempo—afirmó el de ojos marrones, acercándose a su pareja para darle un pequeño beso—En dos días Ijichi volverá.