El momento incómodo que tanto temía ha llegado. Los cuatro nos miramos sin saber qué decir. Antoine no sabe ni cómo saludar a su padre y yo intento mantenerme al margen de todo esto.
-¿No vas a decirme hola ni siquiera?-le pregunta su padre.
-Hola, buenas noches. Te presento a Natasha-le dice.
-Espero que tengas más educación que me hijo Natasha, es un placer conocerte-me dice.
Me quedo asombrada ante la mierda de comentario que acaba de soltar por la boca pero mantengo la boca cerrada y cojo aire.
-El placer es mío, tienen una casa preciosa.
-Fue idea de Camile, a mí me parece un asco-dice.
Antoine niega con la cabeza y me mira a modo de disculpa. Camile saluda a su hijo con un abrazo y para mí sorpresa, también hace lo mismo conmigo.
-Gracias por animarle a venir, estoy segura de que si no fuese por ti no habría venido, debes importarle mucho-me dice al oído en voz baja.
La sonrío incómoda porque en realidad estoy pensando en sus palabras. ¿Será verdad lo que me ha dicho de que debo de importarle a su hijo? No lo sé, quizás sea así, porque si ella supiese cuánto le quiero yo, hasta sentiría pena por mi.
Antoine y su padre se miran pero no hablan absolutamente nada. Camile rompe el hielo preguntando si queremos picar algo antes de sentarnos a cenar pero los hombres se niegan en el acto y deciden que cenemos ya. Sé que Antoine quiere acortar esta cena todo lo posible y que está deseando irse a pesar de que hemos llegado hace poco.
Continuamos por un largo pasillo y a mano derecha hay una gran puerta abierta que lleva directa al comedor de la casa. Una mesa con más de doce sillas, una gran chimenea, una alfombra ocupando todo el suelo, una barra de bar con sillones de pelo rojo... Aquí todo es demasiado para lo que yo estoy acostumbrada, todo es demasiado lujoso para mí. Me encuentro perdida entre tanto formalismo, entre tanto lujo y entre tanto dinero junto que tiene que haber en esta casa, ya solo este comedor cuesta más que mi casa entera.
-Este es tu sitio-me dice el padre.
-Adrien, deja a Natasha que se siente al lado de Antoine.
-No creo que nadie vaya a venir a mi casa a poner normas ni dar órdenes, ese es tu sitio Natasha-vuelve a insistir señalándome la silla.
Cada uno nos sentamos en un lado de la mesa. Antoine enfrente mía y sus padres a los laterales. Hay muchas sillas de espacio entre cada uno, manteniendo distancias. No estoy entendiendo nada de todo esto y quizás no tendría que haber insistido en venir a cenar hoy.
-Bueno hijo, ¿has decidido progresar en la vida?
-Sigo teniendo la misma vida de antes, la que me gusta y la que he escogido, así que progreso todos los días.
-¿Trabajando de superhéroe? Según tú eso es progresar en la vida... ¡Yo no te he educado así!-grita su padre dando un golpe en la mesa.
-Dejaste la carrera de medicina, rompiste tu compromiso con Colette, abandonaste tu casa y no tienes un trabajo importante ni productivo-dice su padre.
-Hijo, tu padre es el mejor médico que hay en Francia, yo soy una buena abogada, solo hemos querido lo mejor para ti siempre...-dice su madre.
-¡Eso es lo que vosotros queríais! No yo.
La cena llega a la mesa a manos de los cocineros y nos dejan cuatro bandejas llenas de comida. Carne, pollo, pescado, verdura... Hay absolutamente de todo en la mesa, llevo mucho tiempo sin ver tanta comida junta.
Mi cabeza está recogiendo demasiada información y no soy capaz de gestionar tantas cosas, ni la mala forma que tienen de hablar a su hijo, sobre todo Adrien. No puedo contener la furia y la rabia que me está dando ver a Antoine dolido. Ahora entiendo que no quisiera venir, todo esto es mi culpa.
-Con el debido respeto, quizás su hijo no ayude a salvar la vida de una persona o quizás no ayude a un inocente de ser encarcelado, pero su hijo tiene el trabajo más importante del mundo, su hijo ayuda a miles de personas diariamente-hago una pausa-¿Saben por qué? Porque su hijo hace feliz a todas esas personas que acuden a evadirse de la realidad a Disney, hace feliz a los niños que creen que es un superhéroe y corren felices a darle un abrazo-miro a Antoine y le sonrío-Y déjenme decirles que su hijo sí que es en realidad un superhéroe, porque es capaz de tener el poder más grande que puede poseer una persona, que es el hacer feliz al resto a pesar de que a lo mejor su hijo no tiene un buen día, siento que tengan una vida tan ocupada como para no haber ido a ver a su hijo a su trabajo, porque entonces verían que no hace falta tener una carrera para tener un gran trabajo y no hace falta vivir rodeado de lujos para tener una buena vida.
-¡No vas a decirme como es mi hijo! No le conoces ni la mitad de lo que yo le conozco-dice su padre.
-Discúlpeme señor Dubois, pero creo que usted conoce al hijo que quería tener, no al que tuvo en realidad, Antoine es un hombre increíble, es bueno, amable, gracioso y ante todo es un ser humano maravilloso, siento ser yo quien se lo diga y que no lo pueda ver-digo levantándome de la mesa y abandonando el comedor.
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Si decides quedarte.
Teen FictionNatasha ha dedicado su vida a trabajar y viajar a partes iguales. Siempre ha tenido el mundo a su disposición y la vida resulta. Reina del orden y la tranquilidad, ese ha sido siempre su lema. Un viaje a Paris, una familia no común y la reina de la...