55. Enfrentamiento

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CHARLOTTE



La habitación estaba en silencio, excepto por el sonido suave de la respiración de Freen, aún bajo el efecto de la sustancia que le había inyectado. La observé, inmóvil, inerte, tan indefensa como siempre lo había deseado. Había algo perversamente satisfactorio en verla así, pero al mismo tiempo, una ira hirviente me atravesaba el pecho. No por Freen. No, ella ya no importaba.

Era Becky.

Esa maldita.

Me levanté de la cama, sintiendo la piel de Freen aún tibia bajo mis manos al dejarla allí tirada. El odio hacia Becky se había arraigado profundamente en mí. Ese rostro manchado de sangre que vi en la pantalla... esa sonrisa demente. Me hacía hervir la sangre. No podía permitir que esa perra me superara.

:- Bobby - llamé, con la voz baja pero autoritaria. No tardó en aparecer, mi chofer fiel, siempre disponible para cumplir mis deseos sin preguntas.

:- Cárgala y llévala al auto - ordené, señalando el cuerpo de Freen.

Bobby no cuestionó nada, como siempre. La vistió rápidamente y la levantó con facilidad, como si no fuera más que un muñeco de trapo. El cielo rugía afuera, los primeros truenos anunciando una tormenta que se acercaba. Era casi poético. El caos estaba a punto de desatarse, y la naturaleza parecía acompañarme en esta danza macabra.

Seguí a Bobby hacia el auto. La oscuridad del bosque nos envolvía, y los árboles susurraban al ritmo del viento. Las primeras gotas de lluvia empezaban a caer, como si el mundo mismo intentara advertirnos de lo que estaba por venir. Pero no me importaba. Nada importaba, excepto lo que estaba por suceder.

Bobby metió a Freen en el asiento trasero, acomodándola con cuidado. Pero ¿qué más daba? Ella era solo un peón en este juego. Becky... Becky era la reina, y yo iba a hacerla caer de rodillas ante mí.

Me metí en el auto, observando cómo las luces apenas iluminaban el camino serpenteante por el bosque. Bobby condujo en silencio, pero sabía que las preguntas pronto vendrían.

:- ¿Qué piensa hacer, jefa? - su voz rompió el silencio, temblorosa, pero aún obediente.

Miré por la ventana, los relámpagos cruzando el cielo oscuro como una premonición. Sentí una sonrisa fría formarse en mis labios.

:- Necesito que esa perra llegue a mi trampa - respondí, cada palabra impregnada de veneno.

Bobby se atrevió a mirarme a través del espejo retrovisor, sus ojos posándose en el cuerpo inmóvil de Freen.

:- ¿Y va a matar a esa chica? - preguntó.

Mi mirada lo atravesó como un cuchillo.

:- Sí, ese es el primer plan - dije, disfrutando de la forma en que su rostro palideció - Arrancarle los huesos uno a uno. Pero ese es solo el comienzo. Los demás ya están en camino -

Bobby tragó saliva audiblemente. Pobre imbécil, no tenía idea de lo que se avecinaba.

:- Pensé que le gustaba - murmuró, como si eso importara en este momento.

:- ¡Cállate, maldito imbécil! - grité, y el silencio cayó de nuevo en el auto. El sonido de la lluvia repiqueteando contra el techo era lo único que se escuchaba.

Bobby asintió con nerviosismo.

:- Lo siento, jefa - murmuró, y volvió a centrar su atención en el camino, como si su vida dependiera de ello. Y quizás lo hacía.

Me hundí en mi asiento, sintiendo el control absoluto que tenía en ese momento. Pero no era suficiente. Aún faltaba lo más importante.

:- ¿Ya tienen la bomba? - pregunté

PASIÓN MORTAL || FREENBECKY (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora