✵✵Prólogo✵✵
Nevan
El aire de septiembre tiene un olor distinto, como si el verano se resistiera a dejarnos, pero ya sabe que su tiempo está contado. Hace quince días que septiembre nos alcanzó, y aunque el sol todavía calienta las calles de la ciudad, el otoño empieza a colarse entre las hojas de los árboles, tiñéndolas de un amarillo tímido.
Estoy de pie frente a la puerta de la facultad, la misma puerta que he cruzado tantas veces en los últimos cinco años, pero esta vez es diferente. Este es mi último primer día. El inicio del fin de mi vida universitaria.
Alrededor, todo se mueve con la energía de lo nuevo: rostros jóvenes, maletas llenas de expectativas, conversaciones que mezclan nervios y emoción. Me veo reflejado en ellos, en lo que fui al comenzar este camino, sin saber lo que me esperaba. Pero hoy, después de tantos días y noches, de aprender a curar cuerpos y descifrar almas, me siento como una versión gastada y, a la vez, renovada de aquel Nevan que llegó aquí con tantas dudas y tan pocas respuestas.
Respiro hondo, sintiendo el aire fresco llenarme los pulmones, como si quisiera llevarme un pedazo de este momento. Aún no sé qué me espera este último año, pero una cosa es segura: cuando nos alcance el otoño, ya no seremos los mismos.
—¡Buenos días, vicecapitán! —jugadores del club de voleibol masculino me saludan.
Entre ellos están: Leo, alumno de cuarto curso. Jacob de segundo. Adam de segundo y Arvid y Theo de tercero.
—¿Qué tal vuestras vacaciones? —inquiero en un tono tranquilo.
—Muy bien. —Theo muestra su mirada brillante—. He estado practicando para las recepciones.
—Es verdad, el año pasado nos dijiste que serías nuestra nueva Deidad guardiana.
—Eso es. —Asiente Theo—. Arzhel me ha dejado el listón muy alto, pero eso no es motivo para rendirme.
Sonrío ante esa frase.
—Si nuestro nuevo líbero va a esforzarse tanto, yo tampoco puedo quedarme atrás. —Sentencia Adam—. Sé que estoy muy lejos de ser tan buen colocador como lo fue nuestro anterior capitán... Sin embargo, pienso estar a la altura.
«Es cierto. Nuestro antiguo capitán era un hacha en las colocaciones.»
—Adam, hazlo lo mejor que puedas, tampoco te presiones mucho, los demás vamos a estar a tu lado. —Miro al resto de los miembro del equipo—. ¿No es cierto?
—Así es. —Afirman Leo, Jacob y Arvid.
El sol de la mañana baña el campus de Oflyae con una luz dorada mientras me despido de los chicos. El primer día de clases siempre tiene ese aire fresco y nuevo, y este año, especialmente, me siento lleno de energía.
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HASTA QUE FINALICE LA PRIMAVERA.
Romance•Ella capitana de natación. •Él jugador de voleibol de la universidad rival. •Un pacto entre rivales con fecha de caducidad. •¿Qué podría salir mal? ___________________________________________ Bilogía: Hasta que finalice la primavera: •Primer libr...