Capítulo 15

5 0 0
                                    


___________________________________
La vie est belle
___________________________________

Alerta. Contenido sexual

Segundo mes del año 124 d

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Segundo mes del año 124 d.C

Estaba recogiendo flores con Gwen en el jardín, bajo el cálido sol, sintiéndome extrañamente feliz. Me agachaba para cortar una flor más cuando noté que Gwen me observaba con una sonrisa ladeada, claramente sorprendida por mi repentino buen humor.

- ¿Qué te pasa hoy, Visenya? - me preguntó mientras me miraba con curiosidad.

Antes de poder responderle, sentí unas manos grandes que cubrieron mis ojos por sorpresa. Me quedé quieta un momento, intentando adivinar quién era.

- ¿Quién es? - pregunté, aguantando la risa.

La voz que respondió, grave y familiar, dijo con un tono juguetón:

- Tu futuro marido.

Sonreí traviesa y, fingiendo sorpresa, respondí:

- ¿Aemond?

Las manos que cubrían mis ojos se apartaron de golpe, y cuando me giré, vi a Aegon con una mezcla de sorpresa y enfado en su rostro.

- ¿Qué? - dijo, frunciendo el ceño.

No pude evitar soltar una carcajada.

- ¡No te enfades! Sabía perfectamente que eras tú - dije entre risas.

Antes de que pudiera decir algo más, Aegon se abalanzó sobre mí, besándome en el cuello y haciéndome reír aún más por el cosquilleo que me causaba.

De repente, escuchamos un carraspeo incómodo. Al girarme, vi a Gwen mirándonos con los ojos abiertos, claramente sorprendida por lo que acababa de presenciar.

- Gwen, por favor... ¿puedes dejarnos? Luego te lo explico todo - le pedí con una sonrisa algo avergonzada.

Gwen asintió, aún algo aturdida, y recogió las flores que habíamos recolectado antes de marcharse. Cuando se fue, Aegon me miró con una sonrisa traviesa.

- Tengo una sorpresa para ti - dijo, ofreciéndome su mano.

Eso captó toda mi atención. Curiosa, acepté su mano y caminamos juntos hasta el patio del castillo. Allí, para mi sorpresa, había un carruaje esperándonos.

Me ayudó a subir, sosteniendo mi mano con firmeza. Una vez dentro, nos sentamos juntos, muy cerca, y no pasó mucho tiempo antes de que Aegon comenzara a besarme por todos lados, su entusiasmo contagiándome.

- ¡Aegon, para! Nos pueden oír los cocheros - dije entre risas.

Él soltó una carcajada y, con voz alta, gritó:

Entre dragones y lobos - (Aegon Targaryen & Cregan Stark)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora