Capítulo Diez

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Al día siguiente Fluke se mantuvo ocupado yendo de un lado a otro del
apartamento, limpiando y ordenando.

No había dormido bien la noche anterior, atormentado por los recuerdos de Pharm y por la culpa que sentía de tener que relegarlo finalmente a un rincón de su memoria. Quizá si hubiera podido pasar más tiempo con Pharm, o si hubiera tenido más cosas en común con él, habrían tenido una relación más estrecha.

A última hora de la tarde sacó a Topsy a pasear y a la vuelta se fue derecho al cuarto de baño para darse una ducha mientras se preguntaba qué debería ponerse. Sin embargo, de inmediato se reprendió. ¿Por qué estaba preocupándose por su aspecto cuando Ohm simplemente iba a llevarlo a cenar? ¡Por amor de Dios, si no era una cita! Se pondría unos vaqueros y un jersey, se dijo; así se daría cuenta de que no se había hecho ilusiones tontas.

Tras ducharse sacó del vestidor, tal como había pensado, unos vaqueros y un jersey, pero le costó un horror subirse la cremallera del pantalón. Su cuerpo estaba cambiando, y aunque había perdido unos kilos su cuerpo se había vuelto más voluptuoso, su cintura había ensanchado y su abdomen estaba adoptando la forma de una curva decididamente convexa.

Claro que tampoco era como si él pudiese hacer nada para contener esos cambios, se dijo mirándose al espejo y contrayendo el rostro al ver lo justa que le quedaba la cinturilla de los vaqueros. Dentro de nada tendría que empezar a comprar ropa de embarazado.

Al final decidió cambiarse.

Se quitó los pantalones y el jersey y se puso una camisa sin cerrar, con unos pantalones cortos y el bonito traje rojo que había comprado cuando estaba viviendo con Ohm, pero por desgracia le quedaba demasiado apretado a la altura de la cintura. Frenético, repasó todo el vestidor, probándose un modelo tras otro hasta que al final se decantó por una camisa que le quedaba más holgada con pantalones anchos, aunque fuera un poco raro que se vistiese de verano cuando se aproximaba el invierno. De todos modos Ohm apenas lo había mirado en el cementerio, y cuando le dijese lo del bebé tendría cosas más importantes en las que pensar.

La tensión y las preocupaciones amenazaban con sobrepasarlo. El descubrir que estaba embarazado había desbaratado sus planes de prepararse para conseguir un trabajo mejor. Había tantas cosas que no podría hacer con un hijo a su cargo...

Había pensado en abandonar aquel apartamento y cortar lazos con Ohm, pero le sería imposible hacerlo en su situación actual. Necesitaba un sitio donde vivir hasta que hubiera dado a luz y pudiera volver a trabajar.

Los abogados de Ohm le habían asegurado que, siendo como era hijo de William Jackson y hermano de su hijo legítimo, Pharm, heredaría el patrimonio de este porque Ohm se había negado a aceptarlo.

Sin embargo, Fluke sospechaba para sus adentros que Pharm no habría querido que se beneficiase de esa manera y eso lo hacía sentirse incómodo. No le parecía bien enriquecerse a costa de la muerte de su hermano, pero... ¿cómo podría rechazar ese dinero cuando iba a ser padre y necesitaba desesperadamente disponer de una estabilidad económica?

Además, no estaba dispuesto a aceptar más dinero de Ohm; eso estaba completamente descartado.

Embarazado o no, no pensaba depender para siempre de él.

Ohm se quedó trabajando hasta tarde en el banco y luego se fue derecho al apartamento de Fluke. Esa enervante palabra que había usado, un asunto «personal», había estado repitiéndose todo el día en su mente. ¿Seguía creyendo que estaba enamorado de él?

No había vuelto a hablar de amor después de esa primera vez, cuando él no le había dicho que correspondiera a sus sentimientos.

Cuando llamó al timbre, Fluke abrió la puerta con el corazón latiéndole como un loco. Estaba nerviosísimo y no sabía cómo iba a decirle lo que tenía que decir. Estaba seguro de que Ohm no se lo esperaba en absoluto, aunque cuando él le había revelado que no era Pharm, en ese mismo instante debería haberse dado cuenta del riesgo que habían corrido al hacer el amor todas esas veces sin tomar precaución alguna. ¿De verdad no había caído en ello? Suponía que no, igual que él tampoco lo había pensado con la angustia que le había provocado su reacción después de revelarle la verdad.

Sin memoria de ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora