Cap. 103

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Jughead soltó una risa. —Claro que no. Solo supervise la obra, ya te lo dije. Además... Yo no soy quien debe cargar a otro humano dentro, sufrir las contracciones, el parto y terminar la universidad con una enorme panza— 

—Por favor no me recuerdes el parto, me va a doler mucho, lo sé— Afirmó Betty con miedo.

—Puedes optar por una cesárea bebé— Sugirió Jughead.

—Eso es mucho peor— Opinó Betty con miedo. —Por ahora solo quiero sobrevivir y que mi hijo nazca sano—

Jughead suspiró, acercándose a besar la frente de su novia. —Todo saldrá bien, tranquila amor. Ahora quédate y descansa mientras yo hago de comer para los dos. Bueno... Los tres—

—¿No quieres ayuda Juggie?— Preguntó Betty.

—No quiero que estés mucho tiempo de pie— Respondió, saliendo de la habitación. —¡Ya te dije, descansa!—

Betty rodó los ojos y se dejó caer sobre la cama, pero de repente sintió una fuerte punzada debajo del vientre que la hizo retorcerse del dolor.

—Amor... No te pregunté qué quieres que te prepare— Dijo Jughead, entrando a la habitación y preocupándose al verla agarraste el vientre. —Bebé... ¿Qué pasa? ¿Te duele algo?— Le preguntó, acercándose.

—No se, me duele mucho, aquí— Avisó, señalando la parte baja de su hinchado abdomen.

—Pero... ¿Por qué?— Preguntó Jughead, asustado y confundido. —¿El bebé te está pateando o algo así?—

—No se...— Murmuró, suspirando del dolor mientras se sujetaba el vientre.

—No pueden ser contracciones, estás de siete meses apenas— Opinó Jughead, aún más asustado. —Vamos, te llevaré al hospital ahora mismo—

Eso hicieron; El la llevó al auto para llegar al hospital y mientras tanto ella se seguía retorciendo del dolor y el bebé no se estaba moviendo, lo cual era aún más preocupante.

Cuando llegaron, la atendieron enseguida y a Jughead le tocó esperar, otra vez con el corazón en la mano, con mucho miedo de que a su mundo, que eran Betty y ese bebé les pasara algo.

Poco después llegaron los Cooper. Sí, le costó un poco al principio a Betty perdonarlos, pero estaban avanzando y sus padres la visitaban seguido y estaban muy pendientes de ella y su bebé.

—¿Pero qué pasó?— Preguntó Alice, preocupada.

—Es que no lo sé— Contestó Jughead, nervioso. —Llegue de trabajar, ella estaba dormida, despertó y cuando estaba a punto de cocinarle algo ocurrió esto—

—¿Y si mi nieto ya va a nacer?— Preguntó Hall.

—Es que Jackson aún no puede nacer, no tiene nueve meses de gestación todavía— Explicó Jughead.

—¿Familiares de Elizabeth Cooper?— Preguntó la doctora, apareciendo en el pasillo.

—Aqui— Respondió Jughead.

—¿Cómo están?— Preguntó Alice, preocupada.

—Esta estable— Contestó la doctora. —Las contracciones fueron contracciones de Braxton Hicks, son como contracciones de práctica. Así que no se preocupen, el bebé aún no nace—

—Gracias al cielo— Dijo Jughead, aliviado. —¿Podemos ir a verla?—

Los dejaron ir a verla y ella estaba descansando sobre una camilla, con un aparato sobre su vientre que monitoreaba los signos del bebé y los suyos y ya no sentía tanto dolor.

•SÓLO POR TÍ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora