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Pasaron tres semanas desde que Kim Roksu tuvo una aventura con su asistente.

Él mismo todavía no lograba entender que ocurrió aquella noche, no es que haya estado en celo, su asistente tampoco lo estaba ¿entonces?

De hecho, recordaba perfectamente la primera parte de la noche. Él mismo compró una botella de lo más fuerte y él mismo se sirvió una copa y le ofreció otra a su asistente, no había forma de que este se hubiera echado algo a su bebida.

Para empezar, Choi Han ni siquiera sabía que su jefe era un omega.

Kim Roksu hizo todo lo posible por mantenerlo oculto, toda su vida fue menospreciado por ser un omega varón. En ocasiones intentaron sacar provecho de ello. Es por eso que entrenó mucho para poder defenderse, ahora que su cuerpo era tan musculoso como el del alfa estereotípico, no había forma de que alguien pensara que era un omega. Todo lo hizo con un propósito y funcionó perfectamente hasta esa noche.

En algún momento, después de consumir la misma cantidad de copas, ambos subieron a sus habitaciones de hotel pues se encontraban en un viaje de negocios. Fue entonces cuando Roksu lo arrastró dentro de la su habitación y lo besó, por sus propios recuerdos podía ver que su asistente estaba bastante confundido al principio, pero en algún momento se dejó llevar y terminó cogiéndoselo.

Cuando despertó estaba solo. Se dirigió a darse un baño y quiso ahogarse en la bañera por la vergüenza que cargaba consigo. No, en verdad ¿Cómo es que acabaron así? ¿Qué debía hacer? ¿Debería encontrarle algo para despedirlo? Suspiró derrotado.

Terminó y secó su cuerpo, en el momento en que pasó la toalla por su cuello sintió una leve punzada de dolor, se dirigió a observar la herida en el espejo y entonces vio ahí la marca de unos colmillos. Roksu maldijo, tuvo muchas ganas de romper el espejo. No tenía mucho que acababa de llegar a la conclusión de "hacer como que nada pasó", pero ahora ¿cómo podría ignorarlo?

Sabía sobre los mitos respecto a las mordidas que se daban las parejas, era una marca de amor y del destino. Aunque no eran más que mitos todavía tuvo miedo de que fueran reales.

Ya se había vestido tocaron a su puerta y efectivamente era el dueño de sus pesillas hechas realidad.

Roksu hizo un gran esfuerzo por mantenerse sereno.

—Señor Kim, ayer olvidó su billetera en el bar, me pidieron que se la entregara. También quería preguntarle si quiere que le ayude con su equipaje, por cierto... yo, anoche... —Evidentemente su asistente estaba nervioso.

Kim Roksu habló con el tono más frío y molesto que tenía en su repertorio:

—Choi Han, olvida lo de anoche. No quiero que vuelvas a mencionar el tema, es algo que no pasó. Y no se te ocurra decir que soy o voy a arruinar tu carrera.

Incluso para Roksu lo que dijo fue bastante fuerte y exagerado. Él mismo no estaba seguro de qué haría, pero no quería arruinar lo que había logrado con tanto esfuerzo, lo que logró gracias a fingir ser un beta.

Choi Han tenía una cara indescriptible, sin embargo, asintió y dijo: —Como ordene, Señor.

Y no volvieron a hablar del tema.

También fueron distantes el uno con el otro.

Aunque no eran super cercanos tenían una buena relación de jefe-empleado.

Hasta un día cuando por casualidad Roksu estaba en la cafetería esperando a que le dieran su orden, tras él unas compañeras hablaron.

—Han necesita salir, es por eso que ha estado de mal humor.

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⏰ Última actualización: Oct 16 ⏰

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arruinado ; choicaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora