Al entrar descubrí que ese suave ladrido venía de un cachorrito negro, parecía tener un mes o así y no paraba de jugar con una pelotita pequeña con un cascabel, corría de un lado al otro del salón, del que al subir la vista hacia delante me quedé pasmada, esa precioso, era un salón con barra americana hacia una cocina con muebles rojos y blancos, el suelo era de madera clara y las pareces estaban pintadas de un gris claro, unos sillones y un sofá negros delante de una mesa de café de cristal, había un aparador con una pantalla plana y unas videoconsolas en la balda de abajo,justo encima habían unos estantes con videojuegos, parecía que cada estante tenía los de una consola y habían otros que simplemente tenían fotos de unos niños pequeños, detrás del sofá había una mesa de comedor con seis sillas, pese a todo eso lo que en realidad impresionaba era un gigantismo ventanal desde donde se podía ver una terraza medianamente grande con unas sillas, una mesa y demás muebles de jardín protegidos de la lluvia por una pérgola.
~Te gusta? - preguntó mi acompañante-~ Es demasiado bonito, parece sacado de una revista de interiorismo - aun seguía con la boca abierta-
~Bueno Daphne, te enseñaré la casa
Pasamos por un pasillo con cinco puertas, la primera era un baño común aunque cada habitación tenía uno propio, al lado había un cuarto de lavar, en la del fondo había una habitación grande la cual me dijo Ares que le pertenecía, a la derecha habían dos puertas, la más cercana a la apertura del pasillo era un cuento de invitados, y la que compartía pared con la de Ares era mi cuarto, azul y gris claro, con los muebles en blanco, una cama de matrimonio, una cómoda, un armario empotrado, un escritorio con el laptop que me dijo Ares en el coche, unas mesitas de noche, unos estantes y algunas lámparas, enfrente de la cama a la izquierda había una puerta que parecía ser el baño, aunque lo que más impresionaba de mi cuarto era un grandisimo ventanal desde donde se podía ver las estrellas que brillaban lo suficiente como para que la contaminación lumínica de Seattle no las cegara. Amaba mi cuarto.
~Ares enserio, me encanta mi cuarto, es... Perfecto... -en ese momento me gruñó el estómago-
~Parece ser que el café que tomaste para merendar en la cafetería no te sirvió para calmar un poco el hablaré, te apetece que ordene una pizza? Yo también tengo mucha hambre
~Claro, no estaría nada mal
Tomó su teléfono del bolsillo trasero de sus jeans -que sabor quieres?- preguntó.
~Emmm barbacoa
Marcó el número de teléfono de la pizzeria y comenzó a hablar.
~ Buenas noches, quería ordenar dos pizzas individuales, una de cuatro quesos y otra barbacoa... Okey, mi usuario es el número 53642, mi dirección aparece ahí... Okey, perfecto... Le esperamos aquí... Hasta luego - colgó- okey, en veinte minutos está aquí, si quieres te dejo que te pongas el pijama, creo que no saldremos a ningún lado, parece que va a llover.
~claro, voy a ponerme el pijama de el neceser, en un rato salgo.
Ares salió de mi cuarto, me senté en la suave colcha con estampado de graffiti y me quedé embobada mirando a la nada, cuando sentí el timbre, la puerta abrirse y luego cerrarse salí de mi pompa antihumanidad y saqué el pijama del neceser, me lo puse, me puse las zapatillas con forma de pies de dinosaurios me dejé el cabello suelto y me volví a echar vaselina, ya que los labios me seguían ardiendo de lo agrietados que los tenía. Salí de mu cuarto y bajé al salón donde encontré a Ares saliendo de la cocina con dos Coca-Cola en bote, las dejó encima de la mesa de café y se sentó en el sofá, dió unas palmaditas a su lado indicandome que me sentarse y tomó el control del televisor, fué cambiando de canales hasta que se cansó de la mierda de programas del corazón que pasaban a todas horas, que no tenían nada mejor ni más interesante que hacer que descubrir que Kim Kardashian se ha vuelto a operar para ponerse pechos, puse una mueca de aburrimiento y Ares se levantó del sofá.
~Creo que tengo una peli que puede que te guste, es de dibujos animados, pero apuesto a que la disfrutarás como un niño pequeño, es nueva, salió hace escasas dos semanas al cine
Cogió una caja de BLUERAY y puso el DVD en un lector que tenía al lado de la Playstation 1. Ares se sentó y al rato de unos trailers apareció el título en la pantalla: "The Minions", no reconocí a esos muñecajos hasta que aparecieron tres corriendo por la pantalla, ERAN DEMASIADO CUTE COMO PARA SER REALES, por ello que no eran reales, sino simples cartoons...
A la hora apareció una parte demasiado linda e hice un gesto extraño pero con el que se me quedó mirando Ares con un sonrisa boba, como la que pones a un bebé. Me había puesto yo misma las manos en la cara medio tapando la boca y había empezado a mover la cabeza de hado a lado diciendo: suwusuwusuwusuwusu, como si estuviese haciéndole alguna tontería a un bebé para que riese.
~Eres demasiado linda, y más aún haciendo eso, te hace parecer una niña pequeña y me dan ganas de achucharte -me puse demasiado colorada y me empecé a morder el labio- ehhh que no tienes que ponerte así, solo he dicho la verdad, cualquiera persona que te viese te achucharía como a un peluche -comencé a reir tapandome la cara, era incalculable la vergüenza que estaba pasando en ese momento gracias al comentario de Ares-
~Gra...gracias, pero no soy tan linda como crees, solo... Me dieron ganas de hacer eso cuando vi a esa parte de la peli
~Si eres linda y lo sabes, o si no que venga la misma Afrodita y vea tu belleza para después decir que eres tan o más preciosa que ella
Me quedé con la boca abierta, no es muy normal que te digan eso, y menos un chico al que acabas de conocer, por así decirlo;
~Bu.. Bueno, mejor sigamos viendo la peli, me han gustado demasiado esos minions -intenté ocultar mi vergüenza en esas palabras, pero mi titubeo inicial me delató-
Seguimos viendo la película tranquilos, ya nos habíamos comido las pizzas pero a pocos minutos de acabar la película sentí mis párpados pesar y caí en los brazos de Morfeo apoyada en el pecho de Ares
A la mañana siguiente desperté acostada en mi cama con una manta negra sobre mi, suerte que anoche me dejé puesto el pijama, parece ser que me dormí viendo la película, miré a la ventana y unos suaves tonos morados y rosáceos se mezclaban en el cielo con el amarillo de los rayos solares, parece que amanecía, miré la habitación y no había ningún reloj para ver la hora, aun así fuí al baño y me tomé una rápida y fría ducha, salí liada en una toalla azul a mi cuarto, fuí al neceser y me puse un conjunto de ropa interior, fuí al armario y agradecí que un conjunto era de ejercicio y otro de ropa de calle, me sequé el pelo y me lo recogí con una coleta alta, cogí unas mayas negras, una sudadera con capucha de los minions y unas deportivas azules y negras, volví a mi neceser y encontré dentro de él unos cien dólares, tomé solo veinte por si los necesitaba y fuí hacia la cocina donde si había un reloj y miré la hora, las 6:49 de la mañana; me tomé un té de frutos rojos con leche ya que no encontraba el café ni el colacao, vi un iPod negro en la mesa de café, lo tomé y nada más encontrar papel y boli le escribí una nota a Ares para dejarla en la encimera y que no se preocupara por no estar en el departamento:
"Ares he salido a correr un poco, son las siete menos cinco, volveré pronto, he tomado veinte dólares de mi neceser y un iPod que había encima de la mesa del salón, espero que tengas buen gusto musical ;)
DAPHNE"Iba a salir cuando vi una copia de la llave de casa en la entradita, la diferencia era que esta tenía un llavero de medio corazón al igual que las de Ares, solo que la suya llevaba una B grabada y la mía una A, al momento caí en la cuenta que esas serían las antiguas llaves de su fallecida novia, un nudo en mi garganta se apoderó de mi y me hizo sentir empatía por como se debería de haber sentido cuando la perdió... Salí de la casa aun con la cabeza pensando en ello, pero al bajar al portal y sentir el frío aire golpear mi cara me despejé, di a Play a las canciones de su iPod y en la pantalla aparecía una canción, Do I Wanna Know? de Artic Monkeys. Al fin y al cabo no tenía tan mal gusto musical -pensé sonriendo-
Comencé a correr, sintiendo el aire despejar mi mente y abrir mis fosas nasales, había pasado al menos una hora, aun era pronto, pero ya se empezaban a ver a algunos chicos y chicas de menor edad a la mía salir de casa encaminados al instituto, yo estaba ya cansada de correr, pero aun necesitaba hacer más ejercicio para que mis músculos se despertasen después del coma.
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Si juegas te arriesgas a perder.
Novela JuvenilEste mundo no es un camino de rosas, es más bien un lío de zarzas llenas de espinas donde, si no te haces fuerte, mueres. Puede que una vida sencilla es lo que todo el mundo desea, una pareja que te ame, un buen trabajo, una gran casa, unos niños co...