lindo pecoso [chestappen]🔞

único

⚠️ escenas sexuales explícitas, Sergio femenino, sexo sin mucho trama pq todos sabemos que vinieron por el sexo, puercos💗⚠️

Max: 27       Sergio: 18

Pussyboy

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Sergio amaba muchas cosas las cuales no eran "normales" razón por la que toda su vida le habían hecho bullying: el color rosa, la danza, las faldas, ir de compras, los perfumes, las camisas largas de Max que le llegaban por encima de la rodilla y que podía usar sin nada abajo. Le gustaba oler siempre bien, hacer pilates, y, sobre todo, adoraba a los hombres mayores, especialmente su hombre, el primero que lo había amado tal y como era. Le encantaba cómo Max, con un solo brazo, podía rodear su pequeña cintura, cómo su mano firme apretaba su muslo cuando usaba faldas. Sergio siempre había tenido un cuerpo muy bien formado: cintura pequeña, caderas anchas, muslos gruesos y un rostro tierno lleno de pecas. Desde que tenía 16 años había puesto sus ojos en Max, y ahora, con 18, viviendo con él en una lujosa habitación en París, todo parecía un sueño hecho realidad.

Max, por su parte, era todo lo contrario a Sergio: rudo, decidido, le gustaba tener el total control, y con una presencia imponente que quizá venía con sus 27 años, una diferencia significativa con la juventud y delicadeza de su novio. Esa mañana, Max se había despertado abrazando la cintura de su pequeño amante, inhalando profundamente su dulce aroma. La habitación estaba envuelta en una suave luz matutina que entraba a través de las cortinas, bañando las sábanas en un resplandor cálido y reconfortante.

Sergio se movió un poco en la cama cuando sintió a Max despertar, su inconfundible aroma rodeándolo mientras los fuertes brazos de Max apretaban su cintura aún más. El contacto era firme, protector, y Sergio dejó escapar un suave gemido cuando la nariz de Max rozó suavemente su cuello, enviándole un escalofrío agradable por todo el cuerpo.

—Buenos días, hermoso —murmuró Max, apretando aún más el cuerpo de su amado contra el suyo, como si quisiera fundirlos en uno solo.

Sergio sonrió con los ojos aún cerrados, disfrutando de la calidez y la seguridad que sentía entre los brazos de Max. Cada día junto a él en esa ciudad mágica parecía más especial que el anterior, y en ese momento, no deseaba estar en ningún otro lugar.

—Buenos días —susurró suavemente Sergio, su voz todavía adormilada, mientras soltaba un gemido ahogado cuando la mano de Max se deslizó bajo su camiseta larga. Los dedos de Max acariciaron su vientre con una suavidad electrizante, enviando escalofríos por toda su espalda.

Max no perdía el tiempo. Su mano, cálida y firme, exploraba cada centímetro del cuerpo de Sergio con delicadeza, como si estuviera tocando algo precioso y frágil que temía romper. Aunque Max era imponente y rudo en apariencia, con Sergio siempre se volvía cuidadoso, casi reverente. Todo en Sergio le fascinaba: su piel suave, sus pequeñas curvas, y el dulce aroma que siempre lo rodeaba.

El cuerpo de Sergio reaccionaba ante cada toque de Max, arqueándose levemente, como si buscara más contacto. Max lo miraba con adoración, disfrutando de cómo su pequeño novio se estremecía bajo su tacto, completamente a su merced.

Sergio se arqueó contra la mano de Max, un gemido suave escapó de sus labios cuando los dedos de su alfa subieron para acariciar su pequeña cintura. En ese momento, Sergio realmente sintió lo vulnerable que era frente a Max. Aunque no era completamente pequeño, su cuerpo parecía frágil al lado del de Max, quien era grande y fuerte, capaz de envolverlo y protegerlo por completo.