1: El regreso al hielo

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El sonido del hielo bajo los patines de Lara era algo que le resultaba tan familiar como su propia respiración. Había pasado más de la mitad de su vida sobre esa pista, pero hoy se sentía extraña. Estaba nerviosa, cosa que rara vez le pasaba antes de un entrenamiento. Con 23 años, Lara García era una de las patinadoras más prometedoras de Argentina, una atleta que había ganado reconocimiento internacional por su elegancia y precisión. Pero los últimos meses no habían sido fáciles.

Entre las prácticas de obstetricia en el hospital y la constante presión de su familia por mantener su imagen perfecta, algo en ella había empezado a flaquear. Ese día en la pista, mientras se ajustaba los patines, sintió una punzada en el pecho. Era como si el hielo ya no fuera su refugio seguro.

—Amiga, te noto rara —Clara, su mejor amiga, irrumpió en el vestuario con su energía habitual. Clara era la chispa en la vida de Lara, su confidente y la única que realmente entendía lo que significaba ser parte de ese mundo. Clara nunca había patinado, pero siempre estaba ahí, apoyándola desde las gradas.

Lara suspiró, ajustando un poco más los cordones de sus patines. —Es que... no sé. No sé si es por el nuevo entrenador o por mí, pero hoy no me siento tan segura.

—¿Ese Max? Por favor, ya me contó Paula que es tremendo, pero no podés dejar que te afecte. Vos sos Lara, reina del hielo. ¿Qué puede enseñarte que vos no sepas?

Lara sonrió, pero sabía que no era tan simple. Había escuchado los rumores sobre Max desde hacía semanas. Era un ex campeón mundial, retirado a los 24 años después de una lesión que lo alejó de las competencias. Lo que más se comentaba de él no eran sus logros, sino su carácter. Decían que era frío, distante, y que sus métodos de entrenamiento eran casi inhumanos.

—No lo sé, Clara. A veces siento que tengo que demostrarle algo a todo el mundo, pero hoy... —Lara hizo una pausa, el nudo en su estómago se hacía más grande—. Hoy no estoy segura de que pueda hacerlo.

—Te vas a lucir. Yo voy a estar ahí para verte, como siempre. Dale, sacá esa sonrisa, que el hielo te está esperando —Clara le dio un pequeño empujón, y eso fue suficiente para que Lara tomara aire y se pusiera de pie.

Al salir del vestuario y entrar a la pista, el aire frío la golpeó de inmediato, pero en lugar de calmarla como siempre, la llenó de una sensación de inquietud. Miró hacia la pista y allí lo vio por primera vez.

Max Andrade.

Alto, con el cabello oscuro peinado hacia atrás y una expresión que irradiaba control absoluto. Estaba hablando con algunos de los otros patinadores, sus ojos serios, evaluadores, como si todo lo que veía fuera insuficiente. Cuando sus miradas se cruzaron, Lara sintió un escalofrío que nada tenía que ver con el frío de la pista.

—Soy Max —dijo cuando el grupo se reunió a su alrededor. Su voz era grave, profunda, y sus palabras no llevaban ningún rastro de cordialidad—. Mi trabajo acá no es ser su amigo, ni su compañero. Estoy acá para que ustedes sean mejores, y eso significa que voy a empujarlos hasta su límite. Si no pueden con eso, mejor que se lo piensen ahora.

Lara sintió una punzada en el pecho. ¿Empujarlos hasta el límite? Ella ya vivía al límite. Entre el patinaje, la universidad y las constantes demandas de su familia, sentía que todo en su vida era una prueba interminable. Pero algo en la mirada de Max le hizo sentir que esta sería diferente.

—García, ¿vos sos la famosa estrella de este club, no? —dijo Max, mirándola directamente a los ojos.

Lara sintió que su cuerpo se tensaba. —Eso dicen.

—Espero que estés a la altura —respondió él, sin más, y dio la vuelta para continuar con el calentamiento del grupo.

A la altura. Lara había escuchado esa frase toda su vida. Estar a la altura de las expectativas de sus padres, de sus entrenadores, de los jueces. Pero ahora, por primera vez, sentía que esas palabras pesaban aún más, porque venían de alguien que no parecía impresionado por ella. Y eso, de alguna manera, la inquietaba y la motivaba al mismo tiempo.

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Madelyn Cline es Lara García, 23 años, patinadora profesional

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Madelyn Cline es Lara García, 23 años, patinadora profesional


Agus Bernasconi es Max Andrade, 26 años, ex campeón mundial del patinaje, actualmente entrenador

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Agus Bernasconi es Max Andrade, 26 años, ex campeón mundial del patinaje, actualmente entrenador.


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Bueno que raro estar compartiendo algo de lo que hago, siempre lo mantuve oculto, pero espero que a uds les guste esta historia tanto como a mí. 

Importante: esas imagenes son de como mas o menos yo me imagino a los personajes, pero esta abierto a sus interpretaciones y como ustedes quieran imaginarselos.


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