I'm going to find them [GallyxTnxMinho] correr o morir

Capítulo 30

Narra Minho

   Me levanté con cuidado de no despertar a nadie y me dirigí al baño. Me di una ducha rápida y luego de vestirme fui a despertar a la bella durmiente.

   Su cabello empapado de sudor cubría gran parte de su bello rostro. Sonreí sin poder retener las ganas.

   Me acerqué a ella sentándome en el borde de la hamaca y corrí los cabellos rebeldes hasta atrás. Me incliné hacia adelante y le di un beso en la mejilla.

—despierta, linda —susurré en su oído.

—mm —balbuceó —cinco minutos más —

   Se volteó hacia el otro lado y siguió durmiendo, dándome gracia por su tan conocida pereza por madrugar.

—linda, se hace tarde —acaricié su brazo

—... aun no se... abren las puertas.. —murmuró entre dormida

—¿y que hay de desayunar antes de entrar? —pregunté.

   Tardó unos segundos en hacerle llegar esa información a su cerebro y cuando la obtuvo se volteó hacia mí nuevamente y abrió los ojos de a poco.

—buenos días, mi amor —me incliné otra vez para darle un beso en los labios

—asqueroso —susurró. Solté una risita baja.

   Un movimiento a mi derecha me llamó la atención. Cuando miré hacia allá vi a Ben y a Matt levantándose y despertando a los demás. Volví a mirar a Tn y le di otro beso en la frente.

—ya levántate, perezosa —susurré.

   Me levanté para darle espacio a hacer lo mismo. Se sentó y se quedó viendo un punto fijo en el suelo causándome gracia.

—¿vas a ducharte? —pregunté. Ella asintió lentamente —bien, vamos —la ayudé a levantarse, más bien la obligué a hacerlo y la acompañé hasta las duchas —no demores demasiado —

—déjame ser feliz —respondió adormilada.

   Entró al baño y me senté en el escalón de la puerta para evitar que alguien más entre. Y como si me hubieran leído la mente, vi a Alex acercándose a mi.

—buenos días —saludó tallándose un ojo

—buenos días —respondí

—¿está Tn? —preguntó señalando la puerta, asentí —no demores, duende —dijo en voz alta

—déjenme en paz —respondió la pelinegra desde dentro.

   Después de unos minutos salió como nueva. Ya sus ojos no estaban tan cerrados y sus pies ya no se arrastraban al caminar.

—al fin —dijo Alex pasando por su lado para entrar al baño

—cierra la boca, larcho —respondió ella

—no le hagas caso, vámonos —la tomé de la mano y nos fuimos a desayunar.

Entramos a la cocina y solo estaba Sartén preparando sus mezclas con dudosos ingredientes.

—buenos días, Sasa —saludó la pelinegra atrayendo la atención del moreno quien se dio vuelta enseguida al escuchar su voz

—buenos días, duende —respondió con una sonrisa —buenos días, shank —le respondí con un gesto

—oye, ¿a que hora te levantaste?, no te vi —dije sentándome con Tn a mi lado

—solo unos segundos antes que tú, solo que como me puedo camuflar con la oscuridad nunca me notas.