El bullicio en la estación de policía se detuvo cuando el jefe Franklin apareció en la entrada de la sala de juntas. Con su voz autoritaria, llamó a todos los oficiales a reunirse. Yo, Stanley, había llegado un poco tarde y me sentí un tanto fuera de lugar al ver a mis compañeros ya acomodados. Kevin, James, Jackson y Max intercambiaban miradas emocionadas; había un aire de expectación en el ambiente.
Me acerqué a ellos, tomando asiento junto a mis amigos. Mientras esperábamos, no podía evitar preguntarme qué tan importante era lo que el jefe tenía que decir.
"¿Sabes algo?", me susurró Max, apenas conteniendo la emoción.
"No, pero parece que será algo grande", respondí, sintiendo un ligero cosquilleo en el estómago.
El jefe Franklin empezó su discurso, explicando que había un nuevo oficial que se uniría al equipo: Jacob. A medida que hablaba, sentía cómo mi corazón se aceleraba. Jacob era un tipo entusiasta y carismático; todos parecían emocionados por su llegada.
"Jacob trabajará con ustedes", continuó el jefe, señalando a Max, James, Charlie, Jackson y Kevin. "Quiero que lo integren al equipo y le muestren cómo funcionan las cosas aquí."
Fruncí el ceño mientras observaba a Jacob acercarse a mis compañeros con una sonrisa radiante. Era evidente que estaba feliz de estar allí. La admiración en los ojos de mis amigos hacia Jacob me irritaba un poco más.
Al finalizar la reunión, me levanté y me uní al grupo mientras caminábamos hacia la oficina de Jacob. Todos hablaban animadamente sobre cómo sería trabajar juntos. Sin embargo, cuando llegamos a la puerta de la oficina, no pude contenerme más.
"Esta es tu oficina", le dije con un tono serio mientras señalaba el espacio. "Pero por favor, no des problemas; eres nuevo y tendrás que saber cuáles son tus funciones."
Jacob me miró con sorpresa pero también con una chispa de emoción en sus ojos. "Entendido, Stanley", respondió con una sonrisa despreocupada. "La razón por la que decidí ser policía es porque siempre he admirado tu trabajo y quiero aprender de ti."
Su declaración hizo que mi ceño fruncido se suavizara un poco, aunque aún sentía esa punzada de celos mezclada con orgullo. ¿Cómo podía ser que alguien tan nuevo me viera como un ídolo? Esa combinación de emociones me dejaba algo confundido.
Mientras Jacob comenzaba a acomodar sus cosas en su nueva oficina, me di cuenta de que quizás tendría que dejar atrás mis celos y ver cómo podíamos trabajar juntos como equipo. Después de todo, si Jacob admiraba mi trabajo, tal vez podría aprender algo valioso también.
El día siguió fluyendo, y aunque me esforzaba por concentrarme en mis tareas, mi mente no podía dejar de pensar en Jacob. La curiosidad me invadía: ¿realmente sería un buen compañero? A medida que los minutos se convertían en horas, decidí acercarme a su oficina.
"¿Necesitas ayuda con algo?", pregunté al entrar. Jacob estaba revisando unos documentos y miró hacia arriba, sorprendido.
"¡Stanley! No, gracias. Estoy tratando de ponerme al día con los procedimientos", respondió con una sonrisa amplia. Esa actitud optimista en él era contagiosa, pero aún así me mantenía a la defensiva.
"Es un poco abrumador al principio", le dije, intentando sonar comprensivo. "Si quieres, puedo explicarte cómo funcionan algunas cosas."
"Me encantaría", aceptó Jacob, moviendo sus cosas para hacer espacio en su escritorio. Me senté en una silla frente a él y empecé a explicarle los protocolos básicos. Mientras hablaba, noté cómo sus ojos brillaban con interés; realmente quería aprender.
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El oficial Stanley. Y el criminal de Canterville.
Acción¡hey!, ‽qué tal lectores?, yo soy un criminal muy peligroso, también soy conocido por ser el presidente de Canterville y el comisario en jefe. mi nombre es Charlie y yo hago que Canterville sea una ciudad oscura y llena de maldad, pero para mi suert...