⚠️Tóxico +18 ⚠️
Lo que comienza como una atracción intensa pronto se transforma en un juego oscuro de poder y sumisión. Mientras Max lucha por mantener el control de sí mismo, su mente se va llenando de pensamientos cada vez más perturbadores. El de...
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Sergio suspiró mientras se acercaba al baño, sintiendo cómo su cuerpo aún temblaba ligeramente con cada paso. Debía lavarse, aunque la idea lo dejaba con una mezcla de frustración y nostalgia por lo que había ocurrido horas antes. El rastro de Max seguía presente en su cuerpo, esa sensación cálida y espesa deslizándose lentamente por el interior de sus muslos. Era tan satisfactorio, pero al mismo tiempo, cada vez más incómodo.
—Debo lavarme, aunque sea satisfactorio, es un tanto incómodo, Maxi —pensó para sí mismo, su mente formulando las palabras que su voz aún no podía pronunciar del todo.
Con un último vistazo al dormitorio, tomó aire antes de entrar al baño y encender la ducha. El sonido del agua cayendo llenó el espacio, rompiendo el silencio que había dominado la habitación hasta ese momento. Me lavaré por hoy, pensó con una sonrisa suave mientras se desnudaba, sintiendo la ligera presión de la playera de Max al deshacerse de ella. Pero asegúrate de llenarme de nuevo pronto.
El agua tibia comenzó a recorrer su cuerpo, limpiando lentamente los rastros físicos de la noche anterior, aunque las marcas y moretones seguían como testigos indelebles. Las marcas de Max. Cada una era un recuerdo vívido de lo que habían compartido. A pesar de la incomodidad física que sentía ahora, una parte de él no podía esperar a que Max volviera a hacerlo, a que lo llenara otra vez con la misma brutalidad y control.
Mientras el agua caía sobre su cabeza y su cuerpo se relajaba poco a poco bajo la calidez de la ducha, Sergio no imaginaba que algo estaba a punto de suceder. Lo que no sabía era que el suave sonido de la ducha había despertado a Max.
Max había estado sumido en un sueño profundo, pero al escuchar el ruido del agua, algo se agitó dentro de él. Abrió los ojos lentamente, notando que Sergio no estaba en la cama. Su mirada se dirigió hacia la puerta del baño entreabierta, de donde provenía el suave sonido de la ducha corriendo. Un Sergio agotado, vulnerable, justo al otro lado. La idea encendió una chispa en él. Había algo tentador en la idea de Sergio, aún débil y agotado, allí, bajo el agua, después de todo lo que habían compartido la noche anterior.
La satisfacción que sentía no era suficiente. Había más por tomar, más por reclamar. Max se incorporó con suavidad, el deseo comenzando a latir en su pecho nuevamente. El cansancio de la noche anterior no era rival para el impulso que sentía en ese momento. Sin hacer ruido, se levantó de la cama y caminó hacia el baño, su mirada fija en la silueta de Sergio que se perfilaba detrás del cristal empañado.
Sergio, ajeno a lo que estaba por suceder, seguía dejándose llevar por la sensación del agua recorriendo su piel. El cansancio aún estaba presente en cada uno de sus músculos, pero la calidez del agua ayudaba a aliviarlo poco a poco. Cerró los ojos, dejando que el momento lo invadiera por completo, sin percatarse de la figura que entraba sigilosamente al baño detrás de él.
