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"En qué momento pensé que esto sería buena idea" reniega Leandro, tratando de pasar entre el cúmulo de gente para llegar a su amigo, que lo espera en la entrada del salón.

—Holu— saluda Franco apenas lo ve, colgándose del mayor y robándole un pico —Te ves espectacular así de calavera ¿La chirusa te ayudo con el maquillaje?— interroga, mirándolo con sus enormes ojos de ciervo.

—No le digas así— reta Leandro, sin corresponde al abrazo —Y si, ella me lo hizo—.

—Y ¿Sabe que viniste?— interroga alzando una ceja, algo incrédulo. Al ver que el otro asiente, hace una mueca desagradable —Que raro que no vino, si es más tóxica—.

—Dejala, vos sos peor y solo sos mi amigo— recalca Leandro, rompiendo el corazón del menor sin saberlo.

Dispuesto a no mostrarse vulnerable, Franco sonríe en grande y acorta la distancia entre ambos; rozando sus narices —No escucho que te quejes cuando me coges— refuta, lamiendo sensualmente los labios del mayor —Pero no vinimos a hablar de eso— lo suelta al fin y toma su mano, arrastrándolo a la pista de baile.

Leandro solo se deja guiar, suspirando pesadamente ¿Por qué permitía que un pendejo lo domine tanto? Ni siquiera él lo entiende y no es algo que quiera pensar ahora.

Escándalo! - ScalonetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora