24: Momentos de claridad

0 0 0
                                    

Los días siguientes a la competencia fueron un torbellino de emociones. Lara sentía que había dado un gran paso hacia adelante, pero también una gran carga comenzaba a aflorar en su mente. Cada vez que veía a sus padres, sus sonrisas la llenaban de orgullo, pero también de culpa. Aun así, había una chispa de esperanza en su corazón, y Max se había convertido en su ancla.

Un miércoles por la tarde, después de una larga práctica, Lara se quedó en el club para trabajar en algunos nuevos movimientos. La pista estaba vacía, y el eco de sus patines resonaba en el silencio. Max, que se había quedado para ayudarla, la observaba con atención desde el borde de la pista.

—Vas muy bien, Lara —dijo Max, cruzando los brazos, con una sonrisa que hacía que su estómago se llenara de mariposas—. Solo necesitas un poco más de confianza.

—Sí, creo que lo tengo, pero a veces dudo. ¿Y si no soy lo suficientemente buena?

—Eres increíblemente talentosa. Recuerda lo que hiciste en la competencia. Tienes todo lo que se necesita.

Lara se detuvo y se giró hacia él, sintiendo el peso de sus palabras.

—Gracias, Max. Tus palabras realmente me ayudan.

Mientras se preparaba para intentar un nuevo salto, Lara sintió que los nervios volvían a invadirla.

—¿Puedo darte un consejo? —preguntó Max, acercándose.

—Claro.

—Piensa en algo que te haga feliz. Cierra los ojos y visualízalo.

Ella asintió, cerró los ojos y respiró profundamente. Imaginó el día en que se sintió libre en el hielo, como si volara, sin ataduras. Cuando abrió los ojos, se sintió más segura.

—Voy a intentarlo.

Max sonrió, una expresión de orgullo iluminando su rostro.

—¡Vamos, Lara!

Hizo una carrera hacia el centro de la pista, ejecutando el salto con una gracia y precisión que la sorprendió. Cuando aterrizó, sintió que el hielo resonaba bajo sus patines, y una sensación de logro la envolvió.

—¡Lo lograste! —gritó Max, acercándose para abrazarla.

La alegría se reflejó en sus rostros.

—Gracias, Max. No podría haberlo hecho sin ti.

—Sabes que siempre estaré aquí para apoyarte. Quiero que sepas que estás haciendo lo correcto al seguir tus sueños.

Sus ojos se encontraron, y Lara sintió que había un entendimiento profundo entre ellos. Era un momento lleno de emoción y expectativa, pero también de una realidad que no podía ignorar.

—¿Te gustaría salir esta noche? —preguntó Max, rompiendo la tensión. —Podríamos ir a cenar o hacer algo divertido.

Lara sonrió, su corazón latía más rápido.

—Me encantaría. Creo que necesitamos celebrar este salto.

----------------------------------------------------------- 

Esa noche, Lara se arregló con cuidado. Elegió un vestido que la hacía sentir hermosa y cómoda, un equilibrio perfecto entre lo elegante y lo casual. Al mirarse en el espejo, pensó en la conexión que había desarrollado con Max. Era diferente a cualquier otra que había experimentado.

 Era diferente a cualquier otra que había experimentado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
DeslizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora