NEON SPENCER 1: CLASSICAL SUICIDE

NEON SPENCER: CLASSICAL SUICIDE

El sonido de la puerta del auto se cerró, esto era indicio de que se había llegado a Brooklyn Heights 32 Living Street, Lilian puso un pie en el suelo para después salir del auto por completo, siendo la primera de los cuatro  en bajar. 

Una enorme casa yacía sobre ella, con arquitectura clásica de la ciudad de Nueva York, con tintes europeos que asimilaban a un castillo de los países ex soviéticos.

Lilian tragó saliva, para posteriormente suspirar y mirar a sus compañeros de universidad.

Octavio Luz, neoyorkino con padres mexicanos, era su mejor amigo desde dos años antes de su llegada a la universidad, un joven de unos 23 años, con cabello obscuro rizado, camisa de cuadros bastante retro, pantalones holgados y converse. Usando lentes circulares y algunas cadenas, cerca de un metro sesenta y seis.

Lilian, con atuendo totalmente gótico (desde la cabeza hasta los pies), parecía muerta en vida, rindiendo tributo a los estereotipos y modas "emo" de la época, con camisa negra de manga larga, pantalones jeans negros, algunas perforaciones, botas obscuras de tacón de diez centímetros, así como múltiples accesorios de metal a lo largo de su atuendo. Sumado a esto, maquillaje blanco con morado en su rostro, y su cabello negro reluciente sin ningún tipo de peinado.

Sus otros dos compañeros, bajaron del auto y se posaron frente a ellos.

El primero de ellos, Matías Woods, de séptimo grado, era su primera vez en detención, puesto que era un chico de buenos hábitos, con pasión por lo mainstream, con una playera blanca y sin estampados, jeans básicos y zapatos de vestir cafés.

El segundo, Lamaud Coblens. Uno de séptimo que siempre solía meterse en problemas, con la cabeza rapada, una chaqueta obscura de cuero, una playera con diseño de la banda "Good Charlotte", jeans con cadenas y botas negras. En su rostro tenía una barba bastante rara, así como unos lentes obscuros para demostrar su popularidad en la escuela .

Los cuatro estaban de frente a la intimidante e increíblemente bien diseñada mansión del señor Smith.

Lamaud se adelanta y toca el timbre que está a un lado de la enorme puerta de mármol. Los cuatro esperan un momento ahí, hasta que un estruendo que venía de dentro hace retumbar todo en las afueras de la mansión.

Poco a poco, lentamente la puerta se abre y denota la oscuridad de su interior, la luz se mete y poco a poco ilumina el fondo de la casa.

Un hombre de edad avanzada, con traje negro y una corbata blanca sale de la puerta, con cabello blanco y piel arrugada, estatura de 1,70 aproximadamente, así cómo ojos marrón y una penetrante mirada los recibió en la puerta con una sonrisa inquietante y obscura.

El hombre miró a Lilian y a los demás, sin inmutarse prosiguió.

Decano Smith: Joven Spencer, Asintió.
Decano Smith: Señor Luz, señor Woods, señor Coblens, adelante.

El decano Smith incita a pasarlos dentro de la mansión.

Los cuatro se miran lentamente con curiosidad e inquietud, posterior a esto, prosiguieron y siguieron al decano Smith.

Las puertas se cerraron lentamente, a la par que las cuatro personas entraban y se perdían en la oscuridad de la mansión.

Al entrar, el mármol del suelo y las enormes paredes hacían que la habitación se enfriara tanto que emanaba un frío intenso con corrientes ligeras de viento, lo único que se escuchaba era el sonido de las pisadas de la gente.

Lilian pudo observar la decoración del hogar un poco anticuado, recordándole a la casa del conde Drácula en las películas de terror que su madre Aurora le ponía de niña.