La reconciliación bajo la lluvia había sido un primer paso, pero los días que siguieron no fueron más sencillos. Intentar reconstruir algo roto es doloroso, y cada interacción entre Lisa y Jennie parecía un recordatorio constante de las heridas aún abiertas.
Ambas estaban dispuestas a intentarlo, pero la convivencia se había vuelto pesada, como si un aire espeso las envolviera cada vez que compartían un espacio. Lisa aún mantenía su distancia emocional, y Jennie luchaba contra la sensación de que caminaba sobre un suelo inestable, siempre al borde de un nuevo colapso.
Esa mañana, Lisa se levantó temprano, como siempre. Jennie la observó desde la cama, deseando poder retenerla unos minutos más, pero no se atrevió a decir nada. Lisa ya no respondía a sus caricias espontáneas ni a los gestos afectivos de siempre. Jennie se aferraba a la esperanza de que, con el tiempo, las cosas cambiarían.
-Voy a llegar tarde hoy -anunció Lisa desde la puerta del dormitorio, con tono distante.
-¿Tienes muchas reuniones? -preguntó Jennie, intentando sonar casual.
Lisa asintió sin mirarla.
-Sí. Y después, una cena con un cliente.
Jennie sintió cómo la inseguridad la invadía, como una sombra familiar y opresiva. Antes, Lisa le habría contado más. Ahora, todo parecía envuelto en silencio y frialdad.
-¿Quieres que te espere despierta? -preguntó Jennie con timidez, intentando conectar con ella.
Lisa vaciló por un momento.
-Haz lo que quieras, Jennie.
Esas palabras golpearon más fuerte de lo que Jennie esperaba. Haz lo que quieras. La indiferencia era peor que la ira. Lisa no estaba peleando; simplemente se estaba apagando.
Esa noche...
ㅤㅤ
Jennie intentó distraerse durante el día, pero cada minuto que pasaba sin Lisa se sentía como una eternidad. Cuando llegó la noche, decidió esperarla, aunque las horas pasaban lentamente y el apartamento parecía más vacío de lo habitual.Finalmente, cerca de la medianoche, la puerta se abrió. Lisa entró en silencio, su expresión cansada pero impenetrable.
-Hola -susurró Jennie desde el sofá, aliviada de verla. -¿Cómo te fue?
Lisa dejó su maletín sobre la mesa, frotándose el cuello con evidente agotamiento.
-Bien. Fue una noche larga.
Jennie quiso preguntarle más, pero temía sonar insistente. El miedo de perderla la paralizaba cada vez que intentaba acercarse.
-¿Quieres hablar de lo que pasó hoy? -intentó Jennie, con cautela.
Lisa negó con la cabeza.
-Estoy cansada, Jennie. Solo quiero dormir.
Jennie sintió un nudo en la garganta. Cada vez que intentaba acercarse, Lisa la alejaba.
-Lisa... -susurró, en un último intento. -¿Todavía me amas?
Lisa la miró por un momento, y el silencio que siguió fue insoportable. Jennie sintió que el mundo entero se detenía mientras esperaba la respuesta.
-No lo sé. -Lisa finalmente apartó la mirada. -Estoy intentando encontrar la respuesta.
Jennie sintió cómo el aire se le escapaba del pecho. Esa respuesta, aunque dolorosa, era la verdad que temía. Lisa estaba luchando entre quedarse y huir.
-Voy a darlo todo, Lisa -murmuró Jennie, las lágrimas amenazando con salir. -Aunque tú no sepas si me amas, yo sé que no quiero perderte.
Lisa no respondió, pero sus ojos reflejaban la batalla interna que estaba librando. Finalmente, sin decir una palabra más, se dio la vuelta y se dirigió al dormitorio.
Jennie se quedó sola en la sala, sintiendo que el abismo entre ellas crecía un poco más cada día. Pero aun así, no se rendiría. La esperanza, por pequeña que fuera, seguía ardiendo en su interior.
ESTÁS LEYENDO
Un error, dos corazones
RomanceJennie y Lisa alguna vez tuvieron una relación perfecta, pero el trabajo absorbente de Lisa ha creado una distancia entre ellas que parece imposible de salvar. Jennie, cansada de esperar y atrapada en la soledad, comete un error del que se arrepient...