Su cuarto de hotel en Austin es bastante amplio. Quizá demasiado para una sola persona. Por suerte, el techo no es suficientemente alto para generar eco.
Si fuese el caso, se vería obligado a escuchar sus propios jadeos entrecortado, mientras tiene las manos ocupadas... auto-complaciéndose.
Decir que ese post de GQ sports halló con la guardia baja al tricampeón es poco.
Cuando apareció sin aviso en su inicio de Instagram apenas entró a la app, casi olvida como respirar.
Rápido lanzó el teléfono a la cama del hotel, no tan duro como para cargarselo. El mismo debía admitir que exageró. No es como si estuviera desnudo...
Respiró hondo, tomando su teléfono nuevamente.
Vio cada una de las fotos. Eran muy buenas. Con una producción bastante elaborada... Tanto como para que haya más.
Terminó entrando al perfil de su compañero, no necesitó hacer mucho, salía al inicio en su barra de búsquedas.
Y en efecto, había más fotos, incluido un reel promocional. Al cual le dio más vistas de las que puede contar.
Es atractivo. Demasiado. Los atuendos con prendas de diferentes casas de lujo. Todos están increíbles, pero de verdad, esa chaqueta Gucci roja, los pantalones de cuero cortesía de Versace y esas botas... Lo hacen ver tan sensual y exquisito a la vista.
Ni siquiera traía las piernas o el torso descubierto. Aunque, de haberlo estado, podría justificar que al dutch le generase un palpitar en el pecho... y entrepierna.
—Mierda... —murmuró al notar lo apretados que se pusieron sus pantalones con semejante imaginacion.
Estaba mal, muy mal.
Nunca antes le había pasado eso, sentir tan intensa atracción física por un hombre.
Admitiría qué, en el pasado, llegó a tener un leve crush con Sainz, su primer compañero. Pero nunca lo hizo ponerse de la manera en que el mexa hace con tan solo un par de miradas.
Intentó buscarle una explicación razonable para aquello.
Quizá su apariencia un tanto exótica... En Netherlands muy poca gente tiene ojos, piel o cabello como los de su compañero. Ni hablar de las pecas dispersas por su pequeña nariz... La sonrisa, que encaja perfectamente con la personalidad coqueta y tierna que posee.
Y ni hablar de su bien tonificado cuerpo.
Dios, si hasta le había generado una maldita erección una semana atrás. Al estar ambos apretados entre la prensa. Por falta de espacio, y la diferencia de alturas, accidentalmente su entrepierna rozó la cintura del mexa en el costado.
¡Así es, su maldito costado! De haber sido con su trasero haría sentido ¡Pero no!
Tuvo que disimular lo mejor que pudo esa vez.
Aunque ahora, con el mismo problema pero en la privacidad de su cuarto, podía aliviarse por mano propia.
Así que se encerró en su habitación. Deslizó sus pantalones junto con la ropa interior. Se recostó en la cama y empezó.
Su diestra descendió a su dura erección y empezó el vaivén. Lento. Haciendo lo posible para que el mexa no figure en sus pensamientos.
Pero claro, si le dices a tu mente "No pienses en una Redbull" ya tienes imagen de la maldita lata con sabor incluido rondando en la cabeza.
Aunque, su "lata" era en realidad Checo. Entre sus piernas. Mechones de cabello dispersos, mejillas rojas, ojos llorosos, labios hinchados y chupando cuál paleta toda su longitud. Emitiendo leves quejidos roncos.
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VERSAC(H)ESTAPPEN
FanfictionMax baja la mirada, notando rápido que, su compañero, está vistiendo esa chaqueta roja con muchos bolsillos, los leather pants y, aunque no alcance a ver, también debe estar portando esas botas negras. El atuendo de las fotos. Allí cae en cuenta...