CAPÍTULO 37: "ELLA ES MI ALMA GEMELA."

541 78 0
                                    

-

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-


—Te escucho.

Suspiro pesadamente antes de comenzar a hablar:

—Lo conocí a las semanas de mudarme... Estaba sola en un pais que no conocía para nada y él me ayudo en muchos aspectos. Es un buen hombre, me hizo sentir bien.. Me hizo sentir querida, que no estaba sola en el mundo.. —Explicó brevemente, no quería hablar de su matrimonio con el hombre que tanto había amado. No quería dejarlo entrar ahí.—Poco a poco los sentimientos surgieron y él no tardo mucho en pedir mi mano.. No estaba del todo segura, pero acepte. Al final, él me hacía sonreír siempre.

—¿Te casaste por qué te hace sonreir? ¿Hablas en serio?—Pregunto sin poder creerlo. Sentía que nunca había escuchado una tontería tan grande por parte de Iris.—¿Acaso te volviste loca o una mierda parecida, Iris?

—Bueno, pasar de un hombre que me hacía sentir como la mierda todo el tiempo a uno que me hace sonreir todos los días, creo que es importante.—Musito seriamente sin poder ocultar su fastidio.—Él me lleva a cenar todas las noches, compra flores para mi y es atento, y sobretodo no esta con otras mujeres.

—Ya veo.. —Se dedico a mirarla en silencio durante unos segundos en los cuales ella no pudo sostenerle la mirada y se dedico a mirar el lugar.—Entonces, tienes un matrimonio feliz y perfecto, ¿No? Ya no sientes nada por mi, todo eso se acabo.

—Si, por algo me case.

—Ese hombre solo se aprovecho de tu tristeza y soledad, Iris. Pensé que eras inteligente.—Murmuro seriamente. Dándose cuenta que ella no estaba pensando con claridad.

—Sera mejor que me vaya.. No tengo porque hablar de esto contigo.—Murmuro con molestia, levantándose del asiento. Sabía que había cometido un error en ir ahí.

—¿Realmente se acabó esto?—Pregunto acorralandola contra la puerta de la oficina, sorprendiéndola.—¿Estas segura que estas feliz con él? ¿Qué sientes lo mismo?—Insistio acercándose a su rostro de forma peligrosa. La castaña cerro los ojos intentando alejarse de él, pero la puerta se lo impedía.—Vamos Iris.. Mirame.

—No hagas esto, Tom..—Pidio aun sin mirarlo fijamente a los ojos. No estaba preparada para eso, no se lo esperaba para nada.

—Mirame.. Vamos, dime que no me amas.—Pidio acercándose un poco más a ella si es que eso era posible.

—Thomas, basta.

—Solo dilo, Iris. ¿Por qué no puedes hacerlo?—Pregunto con diversión y maldad, viendo el sonrojo en las mejillas de la ojiazul.

Ella no respondió, pero lo miro a los ojos después de tanto. No podía hablar, era como si las palabras no quisieran salir de su boca aunque ella quería gritarle que no lo amaba y que lo odiaba.

Unos golpes en la puerta la hicieron suspirar con alivio porque Thomas debió alejarse de ella, cosa que agradeció mucho.

—Irís, debemos irnos.

La voz de Polly llego a sus oidos. Se apresuro en abrir la puerta y salir de allí sin mirarlo, ni decir adiós. Polly fruncio el ceño mirando a su sobrino quien sonreía ligeramente viendo por donde se había ido la castaña.

—¿Qué fue eso?

—Ella aun me ama.—Aseguro.

—¿Como sabes eso? Ella esta casada, Tom.. Dejala ir.

Negó.—Jamas. Tú lo dijiste siempre Tia pol, ella es mi alma gemela.

—Claro que lo es..

WeaknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora