Matrimonio Concertado (kokonoi Hajime x Inui Seishu)

Acónito

"Un peón por una reina" 

Seishu gira la cara y lo mira. Sus ojos se dirigen de inmediato a su alrededor, están solos. Asiente y vuelve a mirarse al espejo. El de ojos azules sonríe y se inclina acariciando el mármol — felicidades por el matrimonio —.

— Ujum —.

— No luces muy feliz —.

Seishu toca su diente con la punta de la lengua y succiona — ¿Qué quieres? —.

El hombre levanta las cejas un momento y luego sonríe — solo conversar, no tienes que ser arisco —.

— No soy arisco — Seishu dice y se seca las manos.

— Debe ser divertido estar casado con Kokonoi —.

Seishu parpadea y se queda quieto un momento. Inclina la cabeza y se termina de secar las manos — conoces a Hajime — dice girando, los ojos verdes clavándose en los azules.

— Algo así, pero supongo que tú lo conoces más —.

— ¿Te gusta mi esposo? ¿Tienes alguna clase de interés en él? — Seishu lo mira de arriba abajo levantando una ceja.

El de ojos azules abre la boca. Segundos después sus cejas se fruncen y la nariz se le arruga levemente. Finalmente se ríe y niega con la cabeza — dios, claro que no, además es un hombre casado — una sonrisa cuelga de sus labios, no sabe de dónde salió eso.

— El hecho de que este casado no significa que no te pueda gustar — Seishu toma su bolso. Le desagrada el tipo. No le gusta el hecho que comenzó a hablarle de la nada y cuando estaba solo, le gusta aún menos que lo hiciera sobre Kokonoi.

— Bueno, la cambio, no es mi tipo — Seishu asiente y comienza a caminar hacia la salida del baño — y en dado caso, prefiero el cabello rubio —.

Seishu se detiene y lo mira sobre el hombro estrechando la mirada. Ahora le agradaba menos. El tipo no tenía respeto ni percepción del peligro ¿Quién le dice eso al esposo de un kokonoi? No le gusta, su padre siempre dijo que las personas que no le tenían miedo a quienes pueden destruirlos son peligrosas, muestran un indicio de irrespeto y un perfil de posible enemigo — y yo lo ojos negros — dice y finalmente sale.

— Supongo — dice mirando al rubio. No puede evitar que la nariz se le arrugue. La frase sustrajo un recuerdo lleno de rabia que forjó lo que se convirtió en su misión de vida.

La mujer sonríe y besa la frente del niño — es hermoso — el hombre acaricia los mechones de cabello negro.

Él mira la escena, los ojos azules clavados en el elegido, es pequeño, cabello negro y piel blanca como él, pero ojos negros. El entrenador lo mira y toma su mano jalándolo por el camino de piedra — ¿Por qué él? — Para tener 3 años su voz ya está tan llena de rabia como la de su abuela.

— No es nada especial, sus ojos son negros, no azules —.

[...] 

Akane sonríe mientras baila junto a la menor — mira, te mueves mejor que cuando eras pequeña —.

Senju sonríe — diría que aprendí de la mejor, pero...—.

— Aprendiste de mis errores — Akane sonríe. La canción termina y jadea — necesito tomar algo, ya estoy vieja, me canso rápido — sonríe volviendo a la mesa para tomar un poco de vino.

Senju se deja caer en la silla y le sonríe — es bueno verte divirtiéndote, aunque tu novio no viniera —.

— Digo lo mismo y lo sé, no le gustan mucho estas fiestas — la misma excusa de siempre — Entonces, quiero hablar de algo — dice sonriendo y apoyándose en la mesa estirando los brazos sobre ella.